El Picasso más 'maeztuniano'

Junio de 1917. Galerías Layetanas, Barcelona. Un consagrado Pablo Ruiz Picasso se reencuentra con un viejo amigo que conoció a comienzos de siglo en París: el todavía artista costumbrista Gustavo de Maeztu y Whitney. Ese año, el pintor alavés realizó, durante los meses de junio y julio, una exposición individual en la pinacoteca catalana con gran éxito de crítica y público. Esta galería fue testigo del homenaje que Picasso le tributó a Maeztu, una ocasión que además sirvió para reunir a reseñables artistas e intelectuales de la época en una fotografía que se convirtió en icónica y en la que se pueden ver de fondo obras del alavés. Eran años de gloria para la pintura española. Ese cruce de caminos entre ambos artistas y la confluencia estética que se profesaron hoy hace 100 veranos es lo que el museo Gustavo de Maeztu ha querido conmemorar en una exposición temporal con 17 carteles de Picasso. La muestra, que se inauguró el 21 de julio, permanecerá en la pinacoteca estellesa hasta el 8 de octubre. El cartel es un medio de comunicación y divulgación que se ganó la categoría de arte visual en Europa a finales del siglo XIX y unas décadas más tarde, en Estados Unidos. Picasso lo concebía como una forma eficaz de conseguir una mayor difusión y alcance social de su arte. “Con ellos trataba de popularizar su obra”, explica Camino Paredes Giraldo, directora del museo de la ciudad del Ega. CARTELES DE TRES DÉCADAS Su producción de carteles fue menor si se compara con el resto de técnicas que empleó para sus mayores creaciones, como pinturas, esculturas, dibujos, obra gráfica o cerámica. El motivo por el que los realizó fue, sobre todo, su deseo de contribuir y colaborar en actos políticos, así como para promocionar sus propias exposiciones. Los de mayor valor artístico corresponden a aquellos diseñados de manera íntegra por su puño y letra elaborados en la ciudad francesa de Vallauris entre 1951 y 1964. En pequeño y gran formato realizó, asimismo, varios a favor de movimientos por la paz con el famoso emblema de la paloma reconocido en todos los rincones del mundo. La del museo Gustavo de Maeztu se trata de una selección de 17 carteles que corresponden a exposiciones que realizó Picasso en las décadas de los 50, 60 y 70 del siglo pasado entre las ciudades de Milán y Barcelona -en especial en la Sala Gaspar de esta última-, y que proceden de un coleccionista particular español. “Son pósters que tienen un contenido histórico importante. De alguna manera, todos son unas reliquias”, asegura Paredes. UNOS ANUNCIAN La muestra que recoge la galería estellesa puede dividirse en dos modalidades. Una, la que se corresponde con aquellas láminas impresas que el artista utiliza como pretexto de otras obras suyas. Es decir, para anunciar exposiciones, sin que su mano interfiriera en absoluto. “Él seleccionaba la pieza que le parecía más interesante y la mandaba imprimir. Controlaba todo el proceso de construcción de sus exposiciones”, declara la directora del Gustavo de Maeztu. Dos de estas reproducciones que pueden contemplar los visitantes son la del Guernica -que este año cumple 8 décadas de su creación- y la del también famoso Arlequín, personaje con el que el cubista se identificaba en sus autorretratos y con el que creó su alter ego. OTROS SON ARTE EN SÍ La segunda vía de trabajo de este tipo de manifestación artística son aquellas obras en las que él era el único que participaba, haciendo tanto el trazo del dibujo como el de la grafía. “Nosotros no hemos traído los dibujos originales sobre los cuales se hace después el cartel definitivo, sino este último”, prosigue Camino Paredes. “Son muy evocadores. A mí me recuerdan mucho a los dibujos que hacía Federico García Lorca para ilustrar algunos de sus poemas”, subraya la directora del centro de arte estellés. “Un trazo muy poético, cantarín, melodioso”, jugando con la palabra y el ritmo de la grafía a la par que elaboraba el dibujo. Todo queda fusionado. “Es el influjo de Lorca -iniciador de este tipo de ilustraciones- y el guiño que quiso hacer a amigos suyos como Rafael Alberti por lo que crea estos carteles”, informa la comisaria de la exposición. “El interés de esta muestra es que se trata de carteles originales, piezas únicas, algunas de ellas tremendamente valiosas”, recalca la directora del museo que alberga la muestra del pintor malagueño.

El Picasso más 'maeztuniano'

Hace 100 veranos, Picasso y Gustavo de Maeztu reforzaron su amistad en un encuentro en Barcelona. Hoy, el museo estellés recuerda ese hito con 17 carteles del malagueño

Alberto Garzón avisa al Gobierno: apostar por más gasto militar "le condenará a la derrota"

Fotos del inicio de las fiestas del Casco Antiguo de Tudela

Camarón de la Isla, treinta años de una leyenda que sigue creciendo

Cada navarro gastará 92 euros en las rebajas de verano

Investigadores españoles hallan microplásticos en las vías respiratorias