Se me enamora el almaaaa...
¡Lo traigo calentito y todo para un lado, oigan! Vaya peaso partido se nos marcaron ayer los Reds Boys to the Pamplona. Ni el Milán, ni el Manchester, ni la Mutilvera... ¡OSASUNA! Pase a cuartos con solvencia. Eliminación al Niñito de marras, a coditos Luccin y al antideportivo Agüero. Y que pase el siguiente, que ya tenemos ganas de competición.
Hace un par de semanicas andábamos barruntando que el parón nos iba a perjudicar. Que para una vez que pillamos impulso, van y nos frenan. Que siempre somos equipos de crisis en enero. Que... Qué? Ahora tenemos que frotarnos los ojos y quitarnos las legañas para comprobar, con una sonrisa bobalicona, que lo que vivimos no es un sueño.
Y es que Osasuna enamora el alma... rojilla. Incluso la de aquéllos que no presumen de ser tan rojillos. Seguro que la parroquia mexicana también sigue ilusionada el buen comportamiento de los muchachos de Ziganda. No me extraña. Si es que cuando el navarro juega, es que juega de verdad.
¡Vaya paredes entre Valdo y Milosevic!¡Vaya presión del centro del campo!¡Vaya toques, dirección y golazo el de Puñal!¡Vaya juego al primer toque, tiki-taka-toke, Salinitas!¡Vaya grada entregada con el equipo y presionando al rival!¡Vaya seguridad con el juvenil Cruchaga en forma!¡Vaya melenas de David López!¡Vaya de todo, vamos!
Es imposible no caer en la tentación de volver a casa y comerte todos los resúmenes de los partidos. El de Canal Pus, el de Localiya, el de Canal 6 Navarra, la ETB, hasta casi me atrevía con El Pondo de TVE, pero tanta cháchara se me atragantaba. ¡Pimbi, pamba, y bien de vena... goleadora! Pase, gol. Celebración. El juego rojillo se está convirtiendo en una monótona muestra de fútbol ofensivo. Para cuándo la RFEF va a sacar un vídeo con la táctica de la cuajada? Muchos críos iban a aprender un montón sobre este apasionante deporte.
Ziganda, culpable de todo ello y al que muchos se empeñaron (se, amigo Zuzalari, que uno sólo le metió un capón tras el Recre), tiene ahora un par de días para aliviar tensiones (sin mariconerías, ojo) y recuperar a los gladiadores para el último enfrentamiento contra los de Aguirre en 15 días. Ya avisé la pasada semana que este tipo de enfrentamientos casi nunca se saldan con la victoria total de uno de los dos equipos, y la lógica dice que los del Patético nos meterán mano el sábado en el Calderón. Pero... y si empatamos? O mejor aun, si ganamos? No quiero ni pensarlo, pero el subidón sería total.
¡Hasta la muerte, Forofillo hasta la muerte!