La empresa ha abierto un plazo hasta el 6 de febrero para que los empleados que voluntariamente quieran prejubilarse o causar baja en la empresa puedan inscribirse en el ERE
El recorte presupuestario que la crisis ha impuesto a ayuntamientos y gobiernos autonómicos sigue incidiendo en las empresas navarras de obra pública. Después del reciente ERE de Arian, que este mes aplicó 51 despidos de plantilla fija, la empresa IC Construcción (antigua Urbanizaciones Iruña) ha anunciado a su comité la apertura de un plazo de bajas incentivadas entre la plantilla, como "proceso previo" a la presentación de un expediente de regulación de empleo de despidos (ERE).
a constructora, perteneciente al grupo Iruña, con sede en Artica, emplea a 200 trabajadores. Y calcula un excedente de 47 personas en su plantilla, que quiere tramitar a través de un ERE de extinción de contratos, pero primando la voluntariedad. Para ello, la empresa ha abierto un plazo hasta el 6 de febrero para que los empleados que voluntariamente quieran prejubilarse o causar baja en la empresa puedan inscribirse en el ERE. De este modo, evitará o reducirá los despidos forzosos.
El ajuste afectaría a 27 trabajadores de obra, seis personas de estructura y 14 técnicos y mandos de obra. La empresa les ofrece dos fórmulas de adhesión voluntaria. Una, cobrar una indemnización superior a la legal, para lo que oferta 33 días por año de servicio y un tope de 429 días (viene a ser 14 mensualidades).
La otra es optar por una rescisión de contrato, con 20 días por año y un tope de 12 mensualidades, pero con derecho a recolocación en la empresa en el plazo de dos años en un puesto indefinido idéntico o similar al que venía ocupando antes del despido. En el caso de no ser recolocados en esas condiciones, transcurridos dos años, IC Construcción abonaría a estos despedidos, y en un solo pago, el resto de la cuantía que les hubiera correspondido con 33 días de indemnización, con tope de 429 días. Una novedad curiosa es que la parte no cobrada de la indemnización por los recolocados constituirá un "blindaje económico" a futuro, que se irá descontando conforme vayan generando con el tiempo el derecho a una indemnización mejor, ya que al ser despedidos perderán la antigüedad previa en la empresa.
La constructora alegará causas económicas, productivas y organizativas para el ERE, por las que se habría visto "obligada" a ajustar su plantilla. Fuentes de la constructora indicaron que la empresa logró capear los años 2008 y 2009 "sin que le afectara la crisis". Pero la actividad cayó un 33% en 2010 y las expectativas de recuperación a medio plazo son "nulas".
Indican que el número de clientes y licitaciones de los ayuntamientos se han reducido a la mitad, pasando de facturar 32,8 millones a 16,1 en 2010. Además, la constructora está reorientando su actividad, de la obra civil, que suponía más del 70% de su cartera en 2007 a viviendas, en las que este año se centra el 47% de su cartera. Entre otras obras, suya es la factura de la nueva terminal de Noáin (en UTE con Acciona) o el nuevo vial de Trinitarios.
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