Ningún agente está atento a ellas de forma permanente sino que se utilizan cuando se produce un incidente
Gregorio Crespo vende periódicos y golosinas en su negocio del barrio pamplonés de la Milagrosa y cuenta que ya no va trabajar con la misma tranquilidad que hace diez años. "No me han robado, pero sí a unos cuantos en el barrio. Y cuando los fines de semana voy por la mañana a abrir la tienda me cruzo con gente muy bebida, veo sus peleas, les oigo gritar...". Al recorrer el barrio es fácil encontrarse con vecinos y comerciantes que comparten su opinión.
Dicen que entre los inmigrantes que han venido "un porcentaje no respeta las normas de convivencia".
Escuchando estas opiniones se entiende por qué los residentes han solicitado al Ayuntamiento que una parte del dinero que éste va a emplear en el barrio se dedique a instalar cámaras de seguridad. Cinco en total. Estos aparatos grabarán parte de sus vidas, como ya hace el centenar de equipos que la Policía Municipal tiene distribuidos por la ciudad para el control del tráfico (42), la protección de edificios municipales (30) y la seguridad ciudadana (24).
El número total de cámaras policiales es, sin embargo, mayor de cien. A las de la Policía Municipal hay que sumar las instaladas por el resto de policías para proteger sus cuarteles y comisarías y los edificios oficiales del Gobierno de Navarra o del Estado.
Y la red de vigilancia todavía se extiende más si se contabilizan las cámaras instaladas en tiendas, bancos, centros comerciales, comunidades de vecinos... siempre con el objetivo de aumentar la seguridad. La diferencia de estos equipos privados con los policiales es que los primeros no pueden captar la vía pública, sino "exclusivamente imágenes de recintos privados", explica Enrique Azparren, abogado del Estado y miembro de la Comisión de Garantías de la Videovigilancia en Navarra. Comisión a la que la policía informa de dónde quiere colocar equipos para la seguridad ciudadana. Estudiada la propuesta, este organismo envía su veredicto a la Delegación del Gobierno, quien en última instancia autoriza o no las instalaciones.
Atropello mortal resuelto
Aunque las cámaras de la Milagrosa se pidieron para la seguridad ciudadana, en el barrio se duda de que vayan a resolver la inseguridad. Se conoce dónde se instalarán, "rotondas y espacios abiertos, lugares que parecen más enfocados a vigilar el tráfico". Así se manifiesta Óscar Gómara, vecino de 31 años. "Si se quiere hacer algo por la seguridad, deberían ponerse en calles como Larregla, Goroabe, Santamarta, Guelbenzu... allí donde hay problemas. La policía ya sabe dónde hay broncas".
Las imágenes recogidas por esas cinco cámaras podrán visualizarse en tiempo real en el centro de control de la Policía Municipal. Sin embargo, ningún agente estará atento a ellas de manera permanente, como tampoco se hace con el centenar que ya tiene instaladas el Ayuntamiento. Cuando se recurre a ellas es por circunstancias puntuales.
"Si recibimos el aviso de un accidente o un altercado y tenemos una cámara ahí, enfocamos hacia ese punto y vemos qué sucede", explica un agente. "También recurrimos a ellas de forma preventiva, para observar un lugar donde se está desarrollando un evento especial, como una manifestación, por si hay incidentes".
Otra utilidad de esta red de videovigilancia es que se puede acudir a las grabaciones tras conocerse que se ha producido un delito, como cuando un ciudadano denuncia un robo en su comercio. "Puede ocurrir que hubiera cámara en ese sitio, que enfocara hacia la tienda y que hubiera grabado algo de interés", apunta el policía. "Por supuesto, servirán como prueba policial en un juicio", añade el abogado.
La Policía Municipal asegura que con sus videograbaciones ha resuelto delitos o accidentes de tráfico. El último, el atropello mortal de una ciclista: la prueba de alcoholemia demostró que el conductor del coche triplicaba la etilometría y una cámara situada en las inmediaciones probó que el semáforo de la fallecida estaba en rojo y se lo había saltado.
En la Milagrosa recuerdan que el ascensor de Isaac Albéniz tiene cámaras y que allí hay líos "sin que nadie vaya a cortarlos y los resuelva". De las 24 cámaras de seguridad ciudadana de la Policía Municipal, la mitad vigilan ascensores públicos (Abejeras, Rochapea y Monasterio de Fitero además de Isaac Albéniz), tres el paso subterráneo de Buztintxuri, una el Monumento del Encierro de la avenida de Roncesvalles y ocho calles del Casco Viejo (Estafeta, Mercaderes, Curia, Navarrería, Compañía...).
Borrar imágenes en un mes
La ubicación de las cámaras es fija (la pared de un edificio, la farola de una rotonda...) "y no pueden grabar espacios privados" como el interior de una vivienda, recuerda el abogado Enrique Azparren. De hecho, la ley ordena destruir las imágenes que capten lo que ocurre en una casa particular o a personas en actitudes que pueden afectar su intimidad. Es más, si un ciudadano entiende que una cámara recoge imágenes íntimas de su persona, puede solicitar que se le muestren las imágenes por si hubiera alguna que atentara contra su honor y que el equipo se retire de esa ubicación. Tendría la posibilidad de emprender acciones legales con esas grabaciones como prueba.
La normativa establece que se informe mediante carteles de la existencia de cámaras, "aunque no es necesario señalizar el emplazamiento concreto" (la ley habla de un área de 500 a 900 metros), apunta el letrado.
La ley también indica que "hay que destruir las grabaciones en un mes desde que se realizaron", excepto si están relacionadas con delitos o sanciones administrativas. Las de la Policía Municipal de Pamplona, en concreto, se eliminan entre 15 y 20 días después de captadas. "En realidad no se destruyen, sino que unas imágenes se graban encima de otras.
Aunque estas cámaras municipales se emplean fundamentalmente para uso policial, los ciudadanos también pueden pedir una copia de determinadas imágenes para resolver, por ejemplo, accidentes de tráfico donde las versiones de lo ocurrido difieren.
La Policía Municipal advierte que dichas peticiones deben realizarse antes de que transcurran los quince días en los que la grabación se mantiene. "En ocasiones esos requerimientos se hacen pasado el tiempo tope de almacenaje de las imágenes y ya se han destruido", explica desde la Policía Municipal.
Las 42 cámaras para la vigilancia del tráfico están colocadas "por toda la ciudad, en rotondas, avenidas, cruces... en lugares con especial accidentabilidad o interés por el aforo". Las de protección de edificios (30) se ubican en el Ayuntamiento, Casa Seminario, el edificio del Condestable...
En diez años, las cámaras de este Cuerpo se han duplicado. Pero, ¿son realmente eficaces contra la delincuencia? "Técnicamente se ha demostrado que sirven para "limpiar" determinadas zonas", señala un portavoz. "La delincuencia se desarrolla en un lugar idóneo por calles oscuras y estrechas y se ve obligada a trasladarse a sitios que al delincuente no le gustan tanto".
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