Sosa trabajó hasta el último momento pese a su enfermedad. La capilla ardiente se situó en el Congreso argentino
Una voz tan potente no se puede apagar. Es la esperanza de un pueblo que vive con profunda tristeza la partida de Mercedes Sosa, uno de los mayores símbolos de la canción popular latinoamericana, un ícono de la defensa de los derechos sociales y de la democracia en la Argentina.
Con una potente voz, desparpajo y amor por la diversidad, Mercedes Sosa unió diferentes estilos musicales y generaciones para llevar la canción latinoamericana a los escenarios de todo el mundo. Interpretó temas como Gracias a la vida, de Violeta Parra; Canción con todos, de Armando Tejada Gómez y César Isella; Alfonsina y el mar, de Ariel Ramírez y Félix Luna, y Yo vengo a ofrecer mi corazón, de Fito Páez.
"Yo soy del interior, de una familia humilde. Siempre nos veíamos representados por Mercedes. Nos representaba, no nos abandonó nunca, a los argentinos normales, a los argentinos del interior", expresó Francisco, de 50 años, momentos antes de darle el último adiós a La Negraen el Congreso en Buenos Aires.
Todo era silencio y tristeza en los alrededores del Parlamento, en el centro de la mayor metrópolis argentina. En un soleado domingo de primavera, miles de personas se acercaron para despedir a la artista que descansaba en paz en el féretro semitapado con un poncho blanco con rayas celestes. "Serenidad y mucho amor, todo el amor que ella dio", resumió una mujer el clima reinante en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso.
La Negra Sosa no se dejó vencer por la enfermedad hasta último momento. Este año se dio el gusto de grabar el disco doble Cantora de duetos con las principales figuras de la canción iberoamericana. Sus problemas de salud no le permitieron hacer la presentación oficial, pero eso no fue un obstáculo, en sus últimas presentaciones cantó sentada.
Exiliada en Madrid y París
"Cómo no voy a estar feliz de poder grabar este disco. La vida es así. Hoy no puedo andar haciéndome la novia ni nada así. Pero estoy tranquila. Este es el momento más feliz de mi vida", sostuvo en una de las últimas entrevistas que dio este año.
A la hora de recordarla, sus amigos, colegas y fans repiten las mismas palabras: "solidaria", "luchadora", "bondadosa". Tuvo un solo hijo, Fabián, pero fue madre de muchos que hoy comparten el dolor por su partida.
Defendió hasta el final su ideología, que la forzó al exilio en Madrid y París durante la dictadura militar. "Creo mucho en la lucha contra la oligarquía. Estoy totalmente en contra de ellos. La oligarquía ha hecho su juego, ahora. Y a mí me gusta la gente del pueblo. La gente que está en contacto con lo que se produce. Esa es la gente que me importa", afirmó.
Lucía llegó con un ramo de flores para Mercedes Sosa al Congreso, pese a que aseguró que "nunca compartió las ideas políticas de ella". "Pero era una gran artista y me dio muchísimo. Siento una profunda gratitud", expresó. "Perdimos una gran argentina, una gran persona y una artista excepcional. Uno no sabía tanto durante la dictadura, de los crímenes, pero se imaginaba algo y Sosa nos dio fuerza", coincidieron Raúl y Liliana.
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Mercedes Sosa en un concierto del pasado año. AFP
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