Un gol a los 46 segundos determinó el desarrollo del partido, con el Guijuelo muy cerrado
El partido quedó marcado en el segundo 46 de partido, sin cumplirse todavía el primer minuto de partido, cuando el Guijuelo sacó de centro, Óscar Martín peinó hacia atrás y Juanfer cogió el balón en el borde del área para fusilar a Andrés Fernández.
A partir de ahí, el Guijuelo sólo pensó en cerrarse, muy juntas sus líneas atrás y distantes en ataque, mientras el Promesas lo intentó de todas las formas y maneras, pero se estrelló con la muralla. Quemó naves, se echó adelante sin recato, y creó ocasiones -especialmente en el segunda parte- como para al menos igualar la contienda, pero el Guijuelo supo defenderse con orden y eficacia, e incluso crear sus ocasiones al contragolpe, pese a centrase casi exclusivamente en labores de contención.
El partido de Iturralde
El partido tuvo un jugador destacado por encima del resto: el navarro Raúl Iturralde Narvaiz, el ex de la Peña Sport, y ex del Promesas. Desde el puesto de único pivote dio consistencia al Guijuelo en todo momento. Todo balón pasó por el, y también cortó casi todos. Estuvo en todos los rincones del campo dando estabilidad y seguridad al equipo. El juego fue suyo. Al final del partido, cuando el técnico Ángel Crego reforzó su demarcación, el navarro se vio con más fuerzas e incluso se fue a por el gol, algo que estuvo a punto de lograr.
En contra, el Promesas lo intentó todo, pero apenas le salió casi nada. Dominó el balón, jugó con él, se fue arriba, pero en la última acción nunca llegó a acertar. En la primera parte apenas creó peligro, mientras que los salmantinos anotaron tres llegadas, además del gol.
Ataques continuados
En la segunda parte, el Promesas atacó decididamente, conducido por Roberto Torres, que firmó jugadas personales de mérito, sea metiendo balones a Manuel, ayer un tanto espeso y bien marcado por César Caneda, o metiéndose en el área. La ocasión más clara llegó a la media hora, con Óscar Vega ya en el campo, con tres remates directos seguidos a gol, parando Montero los dos primeros y lanzando fuera Torres el tercero.
Para el último cuarto de hora, Miguel Merino acabó de quemar las naves sacando un delantero más, Libano, y dando descanso a Roberto Torres, muy castigado por el trabajo realizado. El partido entró en una fase un tanto alocada, con continuos centros al área o arrancadas por el centro, que los salmantinos lograron controlar reforzando su centro del campo y tratando de tener el balón sus pies, ya que sufría y trabaja en exceso sin él.
Fueron unos minutos finales en los que los navarros pudieron empatar o los castellanos hacer el segundo, ya que ninguno de los dos consiguió entonces imponer claramente su criterio. El Guijuelo jugaba con el gol a favor y el Promesas era víctima de las prisas e imprecisiones.
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Neftalí, Etayo, Libano y Raúl Iturralde esperan el balón JOSÉ CARLOS CORDOVILLA
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