La concejal de Cultura demostró con datos que no era cierta la acusación de NaBai de que había censurado una muestra
"Director-Tríptico de Pamplona", una exposición de dos fotógrafos en la que se muestran 9 instantáneas del monumento de los Caídos, provocó ayer un tenso debate en el que los grupos divagaron sobre los argumentos transgresores que a veces utilizan los artistas para llamar la atención. El origen del debate fue una moción de NaBai solicitando que la muestra, expuesta en Berlín recientemente, se enseñase también en Pamplona.
Itziar Gómez arremetió contra el Ayuntamiento por haber censurado una exposición en una decisión que identificaba a Pamplona con un perfil "casposo".
La concejal delegada de Cultura, Paz Prieto, pidió a Gómez que contrastase sus datos antes de hacerlos públicos, y explicó que ninguno de los autores había solicitado en ningún momento un espacio para exponer su muestra fotográfica, aunque uno de ellos sí había acudido al Archivo Municipal en tres ocasiones para solicitar copia de varias fotos del monumento.
Javier Torrens (PSN), no quiso entrar a conocer si eran ciertos los lamentos de censura de los artistas, "pero sí es posible que un poco de escándalo y de victimismo por su parte pueda servir de mucho", dijo. El socialista puso como ejemplo al artista pamplonés Mikel Urmeneta, que tras una exposición en la que se hizo famoso por un "Autorretrete", "se marchó a vivir a Nueva York". Torrens añadió que la visión de los artistas "no suele coincidir con la realidad", que la transgresión es una opción a la que acuden muchos para sobrevivir, y que las obras deben exponerse porque tienen calidad y no gracias a atajos o presiones políticas.
También apoyó la versión de Prieto la edil de la ilegalizada ANV, Mariné Pueyo. "Creemos que no hubo censura por parte del Ayuntamiento, y sí una publicidad interesada de los artistas, y eso es preocupante", dijo Pueyo. Además, dijo no comprender el apoyo de NaBai a una exposición que pretende descubrir todo lo que, con el paso de los años, se había conseguido eliminar del monumento de los Caídos, entre otras cosas los nombres que aparecían en la fachada.
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