La ciudad brasileña parecía no contar hace un año, pero ha ido paso a paso y trabajando para presentar un proyecto que ha 'enganchado'. La seguridad, el alojamiento y el transporte son los puntos que mejorar de una cita que promete "samba" y "sol" en un paradisíaco escenario
Río de Janeiro rompió todas las barreras y dará la oportunidad a Sudamérica de organizar los primeros Juegos Olímpicos de la historia en la zona, con lo que el Comité Olímpico Internacional lleva la cita a otro rincón del mundo, que se augura con "samba" y "sol" y toda la pasión del país sudamericano. La ciudad brasileña parecía no contar hace un año, pero ha ido paso a paso y trabajando para presentar un proyecto que ha 'enganchado' al COI, dándole la oportunidad de albergar el evento tras los intentos fallidos en 2004 y 2012, en las que ni siquiera pasó el 'corte'. En cambio, la regla no escrita de la rotación de continentes le favoreció en esta ocasión, lo mismo que el hecho histórico de convertirse en el primer país de América del Sur en acoger los Juegos.
"Esta candidatura no sólo es nuestra, es la de América del Sur, un continente de 400 millones y que nunca ha tenido los Juegos. Ha llegado momento de poner fin a ese desequilibrio", manifestó hoy en la última presentación de Río, Luiz Inácio Lula Da Silva, presidente de Brasil, que recalcó que aportarán la "samba", el "sol" y la solidez su economía.
Además, a todo ello sumará la experiencia e infraestructuras acumuladas en los Juegos Panamericanos de 2007 y el Mundial de fútbol en 2014, aunque este último es visto con recelo por algunos miembros del COI, que consideran que no se pueden organizar dos acontecimientos de este calibre en tan pocas fechas y afectaría al plan de marketing de los Juegos, tal y como apuntó la Comisión de Evaluación.
Brasil pretende que los Juegos Olímpicos se conviertan en un escaparate para mostrar los progresos de una nación que, actualmente, está considerada como la séptima economía del mundo, líder en programas de biocarburantes, industria agroalimentaria y de reciclaje.
Para ello, sus responsables han diseñado siete núcleos de competición repartidos en cuatro zonas (Barra, Copacabana, Maracaná y Deodoro), en la que más del 50 por ciento de las pruebas se disputarían a entre 5 y 10 minutos de la Villa Olímpica y el 80 por ciento, a cerca de 30 minutos.
El corazón de los Juegos estaría en la zona Barra, rodeada de montañas, playas y lagos, que acogería a 20 deportes en 14 sedes repartidas en el Parque Olímpico de Río y el Centro de Exposiciones Riocentro.
El Estadio Olímpico Joao Havelange fue inaugurado en 2007 con ocasión de los Juegos Panamericanos. Con una capacidad actual de 45.000 espectadores sería ampliado hasta contar con 60.000 asientos en el caso de ser elegida sede de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en Copenhague.
El aeropuerto internacional Antonio Carlos Jobim (Galeao), con un tráfico de 15 millones de pasajeros al año, se halla a apenas 15 kilómetros de la Villa Olímpica, aunque Río 'suspende' en alojamiento, ya que tan sólo acumula 19.000 habitaciones en un radio de 50 kilómetros.
En el informe de la Comisión de Evaluación del pasado 2 de septiembre, los expertos subrayaban que la dificultad de obtener las garantías para los seis cruceros previstos para cubrir esa falta de camas siete años antes de los Juegos supone "una presión suplementaria".
El transporte, debido a su peculiar orografía, y el problema de la inseguridad en sus calles, aunque el COI admite que ha hecho progresos en los últimos años, son otros de los puntos débiles del proyecto brasileño, que estuvo respaldado en la capital danesa por el mítico Pelé.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue el plato fuerte de la presentación de la candidatura de Río de Janeiro ante el Comité Olímpico Internacional (COI) esta mañana, ante el que dejó claro que se debe "poner fin al desequilibrio" de que Sudamérica no haya tenido nunca los Juegos Olímpicos. El dirigente entró acompañado por el legendario ex futbolista Pelé y su intervención se reservó para el final, con la intención probablemente de que los delegados se la llevaran fresca en la memoria al almuerzo, que se servirá tras las tres primeras intervenciones y antes de la de Madrid, la última.
Los primeros ponentes hablaron de los impresionantes datos económicos del país, mostraron un mapa para resaltar la desigualdad entre el hemisferio norte y el sur a la hora de conceder Juegos Olímpicos (42 entre Norteamérica y Europa frente a ninguno en Suramérica o África), y mostraron vídeos con atractivas y coloridas imágenes de las impresionantes playas brasileñas.
Además, después de la deportista Isabel Swan, quien 'atacó' el corazón de los miembros del COI hablando de Río como su casa y destacó lo maravilloso que será para la zona ganar esta competición, llegó el turno de Lula, recibido con un prolongado aplauso, que se centró en recordar que Brasil ya forma parte de las diez economías más importantes del país y que es hora de "poner fin a la desigualdad" de que Sudamérica nunca haya albergado una competición de estas características.
"Ha llegado nuestro momento. Entre las diez mayores economías del mundo, Brasil es la única que aún no ha sido sede de unos Juegos. Entre los países que hoy compiten para ser sede, Brasil es el único que aún no ha tenido ese honor. Para los otros países será otra edición de los Juegos; para nosotros, una oportunidad sin precedentes de crecer en autoestima, de fortalecer las conquistas recientes y de estimular nuevas. Ésta es la candidatura de América del Sur", afirmó.
Así, apeló al "apoyo" y la "visión de futuro" de los miembros del COI porque "ha llegado el momento de poner fin al desequilibrio" entre continentes, y les pidió que "aprovechen este momento mágico de América del Sur" para "ampliar los Juegos y llevarlos" a otros lugares del planeta. "Transmitan un mensaje claro al mundo: que los Juegos pertenecen a todos los pueblos de todos los continentes, a toda la humanidad", exigió.
Por último, recordó el crecimiento de la economía carioca, lo bien que ha reaccionado ante la crisis económica, la extensa población que incluye el país (más de 190 millones de personas) y las "nuevas y prometedoras fronteras" que unos Juegos en Río, "la ciudad más maravillosa del mundo" a su entender, abrirían para el movimiento olímpico.
"La cumbre del G-20 acaba de reconocer la importancia de países emergentes como Brasil en el nuevo mapa de la economía mundial, en concreto para superar la crisis. Como brasileño, me enorgullezco de formar parte de este proceso, nuestra sociedad quiere conquistar el lugar que le corresponde. Ahora queremos abrir nuestras puertas a la mayor fiesta de la humanidad. Si nos dan la oportunidad, no se arrepentirán, se lo aseguro. Tengan la seguridad que los Juegos de Río serán inolvidables porque estarán pletóricos de pasión, energía y de la creatividad del pueblo brasileño", concluyó.
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El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero (2i), felicita al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (i), en presencia del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón (d), tras conocerse la elección de la asamblea del Comité Olímpico Internacional (COI), de Río de Janeiro, para albergar los Juegos límpicos de 2016, esta tarde en Copenhague.
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