Por si, como el Dioni, alguna vez
deseosos de reestablecer un más justo equilibrio
entre los obscenos beneficios de la banca
y sus clientes
dais un palo y no de ciego
venid a Fez-el-Bali
A cobijo de la ley
entre el laberinto de callejas
cubiertas por cedazos
entre los burros que muerden a turistas,
las dentaduras postizas, los paños y
el hedor acre de las tinturas
a salvo, como yo lo estuve por un tiempo
Allí, entre el amasijo de gentes
unos ojos árabes
un instante que duró un lustro
de sorpresa o reconocimiento
se clavaron en los míos.
¿De qué la conoces? -preguntó el guía,
cuando yo nunca había estado en África,
en esta vida al menos
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