Dos consejeros en el filo de la navaja

LOS consejeros de Vivienda, José Carlos Esparza, y de Educación, Carlos Pérez Nievas, están deshojando la margarita de su continuidad en el Ejecutivo navarro tras el órdago lanzado por Miguel Sanz a su socio de Gobierno, CDN, para que rechace la modificación parlamentaria de la Ley del Vascuence (aunque sus dos votos no modifiquen el resultado final de la misma).

Para Miguel Sanz es una cuestión de respeto al pacto de gobierno firmado entre los dos partidos, para los convergentes no es sino una excusa para echarlos del Gobierno.

Es un órdago a pares, un órdago que pende sobre dos Carlos y dos consejerías, las mismas que Miguel Sanz concedió generosamente a los convergentes en el inicio de una legislatura en la que la aritmética del Parlamento restaba cualquier validez al apoyo de CDN, que sólo había obtenido dos parlamentarios. Quizás le esté pesando ahora a Miguel Sanz aquella decisión. Lo cierto es que el órdago no parece un farol y que el presidente de Gobierno juega de mano y lleva jugada.

Si CDN no se retracta de su postura perderá el gran rédito político que las dos consejerías le ofrecen en estos momentos de fragilidad del partido. Pero quienes seguro que perderán son sus dos consejeros. Dos hombres de carácter y cuyas actuaciones no han pasado desapercibidas.

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