"Te dicen que hay que estar tranquilo. He metido un gol y no he hecho nada"
Eduardo Galán, un albañil de Garde, y Beatriz, una dependienta de Isaba, son probablemente los padres más orgullosos de Navarra. Por lo menos, estarán entre ellos. Su hijo mayor, Jorge, convertía el miércoles en gol y en el primer triunfo de Osasuna de la temporada el primer balón que tocaba en Primera División. Mayor rendimiento imposible.
Su hijo era ayer el hombre más buscado por los periodistas y, quizá abrumado por ello, decidió irse por la tarde a Garde, un pequeño pueblo roncalés de 179 habitantes, situado a 88 kilómetros de Pamplona.
Galán asume con naturalidad su lógico papel protagonista. Todavía se desenvuelve con timidez en las lides mediáticas, pero no en las que importan, en el terreno de juego. Salir y marcar en la primera pelota en la máxima categoría es algo digno de buscar en hemerotecas, pero no es extraño en él. Listo, oportuno, ambicioso, centrado, pero sobre todo, con el gol entre ceja y ceja. Así es Galán. Pero ojo, tiene 20 años y ha marcado un gol en Primera. Nada más. Le queda un mundo por recorrer y sabe la cantidad de jugadores que se han quedado por el camino. Quizá por eso ayer era difícil encontrar una frase eufórica, una palabra grandilocuente o un atisbo de locura en sus declaraciones en el día después.
Jorge Galán atendió a este periódico feliz, pero tranquilo. En sus manos, la camiseta del debut, del triunfo, del gol. Ahí queda eso.
Menudo comienzo.
Sí, el primer balón que toqué en Primera fue gol. Fue muy bonito.
Cuéntenos qué le pasa por la cabeza cuando el míster le dice que salga al campo.
No lo piensas mucho. Sales al campo concentrado. Piensas que es tu debut, sales al campo y dices, a ver qué pasa.
¿Estaba nervioso?
No soy de muchos nervios. Aguanté bien.
Y le dio por ir al área para ver qué pasaba.
-Risas-. Era una falta que sacamos. Había que ir y así tocó.
¿Se podía creer lo que acababa de hacer? Ha metido muchos goles en su carrera, pero esto es Primera División.
Sí. Cuando se me clavó allí el balón, no me lo podía creer. Y cuando entró, ya ni te cuento.
En esos momentos, ¿pasa algo por la cabeza, o son sensaciones?
No se te pasa nada y se te pasan mil cosas. Te pones a pensar en lo que has hecho y es increíble. Es increíble... ¡Qué más puedo pedir!
Además probó la Primera Divisón en toda su dimensión, con el codazo que le dio Arzo.
Todavía me duele un poco -mueve la mandíbula-. En Primera te vas a encontrar jugadores mayores que tú y más grandes, así que ayer ya me di cuenta de lo que me espera.
¿Qué le decían el míster y los compañeros?
Todos contentísimos y me daban la enhorabuena.
¿Alguna frase se le ha quedado grabada?
El Rifle me suele decir pendejo, muy contento -risas-. Nada más meter vino el primero. A él y a todos se lo quiero agradecer.
¿A quién fue su primera llamada nada más salir del vestuario?
Tenía el móvil lleno de llamadas y mensajes. Quiero agradecer a todos, que se han portado muy bien. Primero atendí a la prensa y cuando subí al autobús hablé con mi madre. Me llamó ella y hablamos. Me dijo: "Estamos todos muy emocionados. No para de sonar el teléfono en casa y todos nos dan la enhorabuena. Estamos muy contentos".
Vive en Pamplona, pero sus padres son de Isaba y Garde. También allá tendrá fans.
Sí, por allá tengo unos cuantos -sonríe-. Pero tampoco tantos.
¿Sabe que en Garde también hubo un gran futbolista?
Sí, ¡Zoco! No me tocó conocerlo ni verlo jugar. Sé que es de allá y jugó en el Real Madrid, pero no conozco gran cosa. Es curioso que hayamos salido de un pueblo tan pequeño dos futbolistas.
¿Los técnicos le han advertido de que no se le tiene que subir?
Sí, siempre te dicen que hay que estar tranquilo. He metido un gol y no he hecho nada. Tengo que seguir lo que estoy haciendo.
Otros compañeros empezaron fuerte y se fueron deshinchando.
Aquí la regularidad es lo que manda. Si metes un gol y no haces más en un año, fíjate.
¿Cómo pasará este día?
Tranquilo, con la familia, quedaré un rato con los amigos y poco más.
¿Qué le dirán los amigos?
Lo de siempre, nada especial.
Hoy algo especial le dirán.
Hombre, algo sí, las bromas no faltarán.
Firmó este año su contrato hasta 2014 y su cláusula es de 8 millones. Está bien atado.
Bueno, sí... -risas-. Con los tiempos que corren...
En la pretemporada declaró su enorme ilusión por jugar en el Reyno. Imagine que esto empieza a tener continuidad el domingo.
Estoy muy ilusionado, porque jugar en tu estadio y ante tu gente es lo más bonito. El debut fuera tampoco me disgusta, y más como se dio, pero jugar en casa siempre gusta más.
Ahora que corren tiempos difíciles para las canteras, ¿se considera el ejemplo para ver que hay esperanza?
Sí, se tienen que fijar para ver que con esfuerzo se puede llegar y si ponen todas las ganas se puede conseguir. Ojalá lleguen cuantos más mejor.
Se ha hartado de meter goles en todas las categorías. ¿Siente que éste es el primero de muchos?
Esperemos que sí... Si no llegamos, algo estaré haciendo mal. Y sobre todo que sean para ayudar al equipo.
Fue el hombre del día, pero lo mejor es que el equipo ganó y se quitan presión para el domingo.
Sí, estábamos jugando bien y creando ocasiones, pero nos faltaba la guinda que era la victoria. Ahora el domingo podremos mejorarla.
Si juega, ¿qué decimos a la gente que va a verle el domingo por primera vez?
Soy un delantero que se quiere mover, que se quiere desmarcar, con mucho hambre, con muchas ganas de jugar y aportar lo máximo al equipo.
Que sacie ese hambre.
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La camiseta del debut. GARZARON
Jorge Galán.
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