Isidoro Valcárcel Medina oculta su arte "circunstancial" e inaprensible en la catedral del arte contemporáneo
¿Puede el primer santuario español de arte contemporáneo abrirse a un artista sin obra? ¿A un creador que no tiene ni una sola pieza en ningún museo o colección del mundo, sobre el que jamás se ha organizado una retrospectiva y que duda y actúa en contra de los principios mismos del arte, de su mercado y de los museos? ¿Un no-artista empeñado en ser invisible pero a quien no se deja de reconocer y premiar? Puede y debe, a juicio de Manuel Borja-Villel, director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, que ha puesto los espacios del museo a disposición de Isidoro Valcárcel Medina (Murcia, 1937), un "creador autodidacta, a caballo entre la poesía y la acción" distinguido en 2007 con el premio Nacional de Artes plásticas pero que jamás ha permitido incorporar su obra de modo convencional a una colección pública o privada.
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