Cascante despide sus fiestas con el Pobre de mí

Los cascantinos, muchos de ellos disfrazados, simulan un entierro en el Pobre de mí. R.V.

"Todo tiene su fin. Acabaron las fiestas de Cascante 2009. ¡Viva las fiestas del 2010! ¡Viva Cascante!". Con estas palabras del alcalde, Antonio Irujo, la localidad ribera puso el punto y final a 9 días de celebraciones en honor a la Virgen del Romero. Y fue durante el Pobre de mí, en el que las peñas también pusieron su nota de color.

Unas 60 personas disfrazadas acudieron a la plaza de los Fueros portando velas y un ataúd, que representaba la pena del final de las fiestas. Tras el "entierro", la fiesta volvió a aparecer, con los bailes a los sones de la charanga y la revoltosa de la plaza de los Fueros.

Pero si nueve días no son suficientes, Cascante celebró ayer el conocido como Día del rancho, en el que peñas y cuadrillas se reúnen a comer en sus locales, antes de acudir a una suelta de vaquillas que se celebró en la plaza de toros. Además, también hubo dos encierros de "regalo", uno por la mañana y otro por la noche, antes del toro de fuego, que sí fue el encargado de cerrar el día extra de las fiestas.

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Los cascantinos, muchos de ellos disfrazados, simulan un entierro en el Pobre de mí. R.V.