Un total de 72 ex alumnos procedentes de Málaga y Asturias participaron en el reconocimiento póstumo al profesor navarro
"Su obra fue un hito, nadie ha mejorado el sistema". Lo dijeron ayer antiguos alumnos de Antonio Ciganda Ilarregui (1907-1994). Jesuita, natural de Larraintzar, en 1943 fundó en Málaga del primer centro de formación profesional de España.
Aquellos primeros estudiantes, procedentes de familias obreras, hoy mecánicos, torneros, electricistas o carpinteros jubilados, quisieron conocer la cuna de un hombre al que admiraron, de modo que organizaron un viaje a Navarra en el que han participado 54 personas de Málaga y 18 de Asturias. Todas ellas se sumaron ayer a familia y vecinos de Antonio Ilarregui en el homenaje tributado en Ultzama. Una comida fue el punto de encuentro; siguió una eucaristía en la parroquia, oficiada por José María Vera. Después visitaron Perustenea, la casa natal del religioso y compartieron un aperitivo abierto. Allí recordaron numerosos pasajes de la trayectoria vital de una persona carismática, que nació en Ultzama y falleció en Andalucía, donde vivió durante décadas. Pero su periplo comenzó mucho antes. Con 12 años ingresó en el Seminario Diocesano de Pamplona. Después, en la Compañía de Jesús; se ordenó sacerdote en Dublín, en 1935 y su estudios religiosos le llevaron por otros países, entre ellos Bélgica, Portugal y Japón. Participó en distintas misiones Hablaba castellano, euskera, alemán, latín y japonés.
El primer colegio
En 1937 funda en El Palo, un barrio de pescadores de Málaga, el Colegio del Carmen, donde recalaron muchos huérfanos de hombres de la mar. Después regresó a la Guerra Civil, en la que ya le había tocado trabajar. Ya en 1943, tras intensas negociaciones, logró fundar en la misma ciudad, el primer centro de formación profesional de España. Era el Instituto Católico de Estudios Técnicos (ICET), situado a la orilla del mar. Tres años después abren el internado el mismo centro. Antonio Ciganda Lacunza, sobrino del jesuita, explicó que su tío trabajó también para tratar de abrir un colegio en Ultzama, con el fin de dar una formación a los hijos de ganaderos y agricultores. "Pero se quedó en el intento, pese a conseguir los terrenos, el proyecto y la maqueta y formar a profesores", indicó Ciganda, que ayer ejerció de anfitrión.
Los antiguos alumnos destacaron el carácter afable del religioso navarro, y su labor con los niños más necesitados. Lo decía Francisco Chaparro Martín, alumno de la novena promoción del Instituto. "Fuimos los primeros obreros con una formación específica. Cada año salíamos de allí unos 300 alumnos. Era un hombre especial", sentenciaba.
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Antiguos alumnos del padre Antonio Ciganda posaron junto a familiares del homenajeado junto a la iglesia de Larraintzar, ayer la eucaristía. P.F.L.
Antonio Ciganda Ilarregui. DN
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