El desembalse parcial realizado ayer baja la temperatura del río ocho grados
LA Mancomunidad de la Comarca de Pamplona realizó ayer, un año más, el desembalse de las aguas del fondo de Eugi. Se hace desde 1991 con el fin de mejorar la calidad del agua suministrada en domicilios y empresas, en especial, para la eliminación del exceso de manganeso y hierro acumulados en las capas inferiores del embalse.
La consecuencia directa de esta operación en el río Arga es similar a la de una tormenta. El desembalse dejó medio hectómetro cúbico de agua en su cauce, es decir, unos cinco millones de litros, a razón de 12.000 litros por segundo. Y, lo más evidente, el agua bajó de unos 16/17 grados de temperatura a tan sólo 8 o 9. Y eso que, este año, debido a la sequía estival, se ha retirado menos agua que el año pasado. "El embalse tiene cuatro hectómetros cúbicos menos que en 2008, está en niveles muy bajos", explicó Juan Mari Echarri, técnico de la Mancomunidad. Supervisó, junto a expertos de la Confederación Hidrográfica del Ebro, el proceso, que duró ocho horas, cuatro menos que lo habitual. "Normalmente estamos de ocho de la mañana a ocho de la tarde", precisó.
El desembalse consigue eliminar materia orgánica y metales (hierro y, sobre todo manganeso) del fondo, lo que mejora la calidad del agua que llega a la planta de Urtasun, y de la que beben Pamplona y comarca. ¿Por qué se realiza en estas fechas? Porque en verano el sol calienta las aguas superficiales, lo que produce un descenso térmico brusco a unos 8 o 10 metros de profundidad. "La estratificación de temperaturas provoca una separación física entre aguas superficiales y las inferiores, éstas pierden oxígeno y aumentan los niveles de hierro y manganeso", explica Echarri. De hecho, con la operación de ayer se pierden 130 kilos de manganeso y entre 20 y 30 de hierro.
Juan Mari Echarri recuerda que el desembalse no supone mayores riesgos para la fauna y flora del río, pero la bajada de temperatura sí es brusca. Por eso, con el fin de minimizar sus efectos, el día anterior y el siguiente al desembalse aumentan el caudal de agua turbinada: si normalmente es de unos 500 litros por segundo, sacan 1.500.
En estos 18 años de desembalse sólo en 1995 no se hizo, debido a la intensa sequía. En todos los casos se toman muestras del agua para medir su temperatura y analizar distintos parámetros en un laboratorio.
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El desembalse es desde la parte inferior para eliminar agua del fondo.
Jesús Urtasun mide la temperatura del agua recién desembalsada. PFL
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