Osasuna anotó más goles (2) que la Real Sociedad, que le ganó a los penaltis, y el Real Unión (1 cada uno) y se adjudicó el trofeo
Osasuna pone la maquinaria a punto y así lo demostró con su empate ante la Real, que presentó su mejor equipo posible. Pese al resultado, la superioridad rojilla quedó manifiesta, a falta de meter esa quinta velocidad que exige la competición.
Le bastó mantener el orden en sus líneas para controlar a una Real impetuosa, especialmente en los compases iniciales y finales, y que obtuvo su recompensa en un despiste defensivo y también arbitral, al no señalar un posible fuera de juego.
El partido tuvo ritmo vivo. La Real salió a por todas, con ganas de victoria y Osasuna correspondió con orden y ganas de agradar. Enseguida se hizo dueño de la situación, pese a que los pivotes no tuvieron su mejor tarde.
Un remate de cabeza a los diez minutos, peinado atrás con poco convencimiento (estaba solo y creía que en fuera de juego), fue la primera ocasión, preámbulo del gol, en internada de Juanfran. A partir de ahí pudo golear Osasuna en larga serie de ocasiones, desde una falta de Neko a una serie de regates en un palmo de área de Masoud. Sin embargo la Real anotó.
Osasuna se adjudicó el triangular organizado por la Fundación Sport Mundi gracias aun gol "in extremis" de Krisztian Vadocz, y pese a que el Real Unión, recién ascendido a Segunda y jaleado por su afición, planteó un partido movido, con ritmo, con su mejor equipo, es decir, con todas sus armas, y sobre todo con la decisión clara de ganar.
A cambio, Osasuna fue otro con respecto al partido anterior. Desacompasado, superado y nada de compacto. Llegó arriba, y hasta pudo marcar, pero con lentitud, con dos velocidades por detrás de los irundarras, que se adelantaron a través de una pase en profundidad a Eneko Romo, al que Roberto sólo pudo parar de penalti.
Las llegadas de Masoud o Portillo (dos) fueron más un quiero que un puedo. Un lanzamiento de falta de Dady que despejó Jauregui puso algo más en el haber rojillo, insuficiente para igualar méritos.
Oier Sanjurjo, que poco a poco confirma su recuperación, y cuenta más para el míster, salió y a continuación lo hizo Jorge Galán, a falta de diez minutos. Para entonces el partido ya había entrado en un atascamiento del que el Real Unión no quería salir, y Osasuna no encontraba el cómo. Incluso pudieron apuntillar al contragolpe. A Osasuna, que definitivamente nada tuvo que ver con el del partido anterior, le faltaban ideas y hechuras para poder remontar. Sin embargo, una falta botada desde la izquierda por Calleja, la mandó a la red Vadocz ante la desperación local. El trofeo fue para Osasuna.
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La piña osasunista habitual antes de los encuentros también se pudo ver en el Stadium Gal de Irún. EL DIARIO VASCO
Juanfran, autor del gol a la Real, pugna durante el encuentro. EL DIARIO VASCO
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