El titular de Exteriores explicó que los internos disfrutarán en la península de un sistema de acogida "similar" al que se aplicó a los tres activistas palestinos de Al Fatah y Hamás que fueron repatriados a España en 2002 después de participar en un encierro en la Basílica de la Natividad de Belén. Aquellos refugiados, tras una larga negociación internacional en la que participó el propio Moratinos, fueron ubicados en una casa forestal de Soria bajo una estricta vigilancia policial.
El ministro explicó que los prisioneros de Guantánamo serán sometidos a un "sistema de vigilancia y observación" por lo que no serán "ningún peligro" para la ciudadanía a pesar de disfrutar de cierta libertad de movimientos. La mayor limitación será la prohibición de abandonar España.
Interior busca un alojamiento seguro para los futuros repatriados y que pueda ser controlado con un número no excesivo de funcionarios. Este Ministerio también se encargará de estudiar la posibilidad de que los presos puedan acogerse al asilo político, lo que ayudaría en su subsistencia económica y no obligaría a conceder a los ex reclusos pasaporte alguno, con lo que, en teoría, no podrían salir de España.
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