Chantajeaba con enviar sus fotos y vídeos a sus contactos si no accedían a enviarle más documentos de contenido sexual
La Policía detuvo a un joven que se hacía pasar en internet por niña o adolescente para contactar con chicas menores de edad -lo hizo al menos con 250-, a las que amenazó y coaccionó para que le enviasen fotos o vídeos de contenido sexual; de no ser así, el delincuente tomaba el control de su ordenador.
Este "ciberacosador", de 24 años, fue detenido en Chipiona (Cádiz) y lo fue por segunda vez en pocos meses pues ya había sido arrestado en octubre, según informó la Policía.
Ayer fue nuevamente detenido tras comprobarse que continuaba amenazando a menores mediante el método del groomingo "ciberacoso". Las investigaciones se iniciaron a raíz de una denuncia en la que una menor manifestaba que una persona, a la que conoció por internet, había conseguido una imagen de ella desnuda.
A partir de ese momento, la víctima comenzó a sufrir amenazas en las que le decía que, de no enviarle semanalmente nuevos vídeos o fotos de contenido pornográfico, iba a ser humillada públicamente, por lo que accedió al chantaje.
Contacto mediante "chats"
El arrestado conocía a sus víctimas en chats o páginas consideradas como redes sociales, en las que sus participantes suelen exhibir fotografías personales, en ocasiones en poses o actitudes provocativas, pero nunca fotos de desnudos.
Para esos contactos simulaba casi siempre ser una niña o adolescente con el fin de ganarse su confianza y llegó a utilizar hasta doce personalidades diferentes, de ambos sexos y un variado rango de edad. De esta forma obtenía fotografías o vídeos de las chicas, e incluso sesiones de cámara web que grababa sin que lo supiera.
Pero si no accedían, las amenazaba e insultaba, y mediante varias técnicas -principalmente programas informáticos como simuladores de caída de conexión- trataba de tomar el control de su ordenador y de las cuentas de correo electrónico.
Tras hacerse con el control del correo, intentaba obtener de las menores una imagen o un vídeo no demasiado explícito para que no se negaran radicalmente, pero sí lo suficientemente comprometido para posteriormente amenazarlas con difundirlo a sus contactos si no accedían a nuevos requerimientos.
Así, continuaba con el chantaje y la coacción bajo la amenaza de que la víctima no recuperara su cuenta de correo. Si aún así se negaban, perdían el uso de su correo electrónico y el detenido lo empleaba para humillarlas ante sus conocidos, a quienes incluso les hacía llegar fotos o vídeos comprometidos de sus víctimas.
Acoso continuado
Este acoso se producía durante meses por parte de este "ciberacosador", ya que gracias a los programas informáticos instalados subrepticiamente en el ordenador de las víctimas, averiguaba las nuevas cuentas que creaban.
El detenido, además de las fotografías y vídeos, guardaba los datos personales que obtenía de las chicas, así como las conversaciones que mantenía con ellas, en las que queda reflejado con crudeza el control psicológico que ejercía sobre sus víctimas.
La operación fue realizada por especialistas de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Comisaría General de Policía Judicial.
Un policía inspecciona una página web relacionada con la pornografía infantil. ARCHIVO
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