La familia Azparren, oriunda de Tierra Estella, sí puede presumir de que en su caso existe el tío de América. Pero en esta historia nadie buscó un legado material, sino volver a reunir a los descendientes de aquel emigrante con las siguientes generaciones de los que se quedaron.
CIENTO setenta y cinco miembros del apellido Azparren, originarios de (Tierra Estella) se reunieron el pasado mes de abril en Argentina, a unos doce mil kilómetros de su Morentin natal, en un encuentro homenaje al primer emigrante de este apellido que viajó a aquel país a lo que se conocía por aquel entonces como "hacer las américas".
En la década de 1870 y acuciado por las guerras carlistas, Luis Azparren Maeztu huyó como tantos hombres de aquella época y decidió cruzar el "charco". Se instaló en la recién fundada ciudad de San Carlos de Bolívar (de la provincia de Buenos Aires), donde conoció a la que fue su esposa Juliana Acosta. El matrimonio tuvo 12 hijos y su descendencia creció hasta superar los 300 miembros de una saga de los que más de la mitad de ellos acudieron al encuentro.
Desde España viajó al encuentro de los Azparren en San Carlos de Bolívar el matrimonio formado por Máximo Azparren Alegría, de 82 años, natural de Arizala y vecino de San Sebastián y María José Bakaikoa Larragueta, de 68 años, de Garisoain (Guesálaz). "Fue algo inenarrable. Teníamos datos familiares de tradición oral, de que un tío de mi abuelo tuvo que huir como tantos miles de personas, por las guerras carlistas. Era un tiempo en el que leer y escribir era poco habitual, pero mantuvieron correspondencia hasta que las siguientes generaciones perdieron el contacto" comenta a su regreso Máximo Azparren.
Transcurrieron noventa años sin noticias. Aquel Luis Azparren emigrante navarro quedó como una anécdota perdida en el tiempo. "Para nosotros los Azparren aquel antiguo emigrante y lejano familiar era algo así como un mito del que nunca más se supo , aunque siempre estuvo rondando por la cabeza de los Azparren encontrar a sus descendientes hasta que el deseo se convirtió en realidad".
Repartidos en Argentina
La familia afincada en Navarra y Guipúzcoa inició una recopilación de datos que les llevaron hasta Bolívar donde se encontraban las siguientes generaciones de aquel tío, también repartidas en otros lugares argentinos como Mar del Plata, Mercedes, Pehuajó o Rosario. "Al saber ellos que había interés por conocernos les motivó a todos y llegó el encuentro. Nos conocimos y se organizó una fenomenal fiesta familiar en el Club Alem, de Bolívar. Muchos de ellos, al vivir dispersos por el país, tampoco se habían visto en la vida. Y celebramos todos juntos una jornada inolvidable al saber que formábamos una familia".
Fue un encuentro en el que se prometieron verse con una mayor frecuencia. "Es difícil explicar qué se siente en este tipo de reuniones. Es tal la alegría que experimentamos en el encuentro que aún no podemos salir de la emoción" explicaba Máximo Azparren, sobre un encuentro en que también participaron miembros del Centro Navarro de Bolívar que aportaron la música y danzas.
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Máximo Azparren Alegría y su mujer María José Bakaikoa Larragueta. Encima, la foto de su tío Luis Azparren.
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