De los matriculados a principio de curso, sólo finaliza alrededor del 40% del alumnado
LLEGAN a clase cuando el sol comienza a ocultarse y cierran los libros para llegar a casa alrededor de las diez de la noche. Los 912 alumnos matriculados este año en Bachillerato nocturno persiguen un objetivo común: obtener el título que les permita completar una formación que abandonaron tiempo atrás.
Con mayor o menor esfuerzo, los alumnos, con edades desde los 18 hasta los 40 años de media, retoman sus apuntes y regresan al ambiente estudiantil para volver a enfrentarse a asignaturas como Inglés, Matemáticas o Filosofía, entre otras, en las dos modalidades que se ofertan en la Comunidad foral, esto es, Ciencias de la Naturaleza y de la Salud y Humanidades y Ciencias Sociales.
La asistencia a las aulas es requisito obligatorio para poder presentarse a los exámenes finales, pero los profesores hacen excepciones con aquellos alumnos que trabajan. "Sabemos que la gente viene por voluntad, por lo que entendemos ciertas situaciones personales", explica Javier Gallego, jefe de estudios nocturno del I.E.S. Navarro Villoslada. El horario en cada uno de los cursos es de 4 a 6 sesiones diarias de 45 minutos.
Como reto personal
Las motivaciones que mueven a los estudiantes a retomar los libros son diversas. Hay quienes persiguen mejorar su formación sin tener que abandonar su puesto de trabajo; otros, en cambio, aprovechan el tiempo libre del que disponen por encontrarse en una situación laboral precaria y se forman con vistas a engordan el currículo. "Tenemos algún alumno que cumple este perfil. Buscan promocionar, además de satisfacción personal", dice Emi Ruiz San Emeterio, profesora de Lengua y Literatura. A pesar de que la decisión de enfrentarse a este Bachiller varía en función de cada estudiante, los docentes coinciden en que la mayoría opta por esta vía para acceder a un grado superior de FP. "Creo que me hubiera ido mejor en alguno de mis antiguos empleos si hubiese tenido el título", se sincera Amaya Álvarez García, de 23 años y natural de Pamplona. "Además, puede ser incómodo ir a clase con gente más pequeña que tú", apunta su compañero Jaime Pardos.
Los tres centros navarros en los que se puede cursar el bachiller nocturno son el I.E.S. Plaza de la Cruz (273 matriculados) e I.E.S. Navarro Villoslada (306) en Pamplona; y el I.E.S. Benjamín de Tudela (333), en Tudela.
Diariodenavarra.es no se responsabiliza ni comparte necesariamente las ideas o manifestaciones depositadas en las opiniones por sus lectores La discrepancia y la disparidad de puntos de vista serán siempre bienvenidos mientras no ataquen, amenacen o insulten a una persona, empresa, institución o colectivo, revelen información privada de los mismos, incluyan publicidad comercial o autopromoción y contengan obscenidades u otros contenidos de mal gusto.
Diariodenavarra.es se reserva el derecho a decidir las noticias que admiten comentarios de los lectores.
Atención: Tu petición no ha sido procesada correctamente. Comprueba que has rellenado todos los campos obligatorios correctamente y vuelve a intentarlo.
(*) Todas las opiniones que tengan rellenados estos campos pueden aparecer publicadas en el periódico impreso
Los alumnos del bachillerato nocturno asisten a clase hasta las diez de la noche.
© DIARIO DE NAVARRA. Queda prohibida toda reproducción sin permiso escrito de la empresa a los efectos del artículo 32.1, párrafo segundo, de la Ley de Propiedad Intelectual