No hubo sorpresas: López sumó los votos de PSE, PP y UPyD; Ibarretxe los de PNV, Aralar y EA, y Ezker Batua se abstuvo
El socialista Patxi López fue investido "lehendakari" del Gobierno vasco con los 39 votos previstos: los 25 del PSE-EE, los 13 del PP y uno de Unión, Progreso y Democracia (UPyD).
El candidato del PSE ofreció a todos ellos, una y otra vez en su discurso de investidura, consenso, diálogo y pacto. Pero esa oferta tuvo como destinatario prioritario al PNV, una deferencia que no tuvo con los populares, que son los que han posibilitado su investidura y a los que se limitó a "agradecer expresamente" su respaldo.
Fue su forma de demostrar que su compromiso de huir de la política frentista es serio y no una fórmula retórica.
El Parlamento de Vitoria vivió ayer una jornada que recogerán los libros de historia. Por primera vez, un candidato no nacionalista, socialista para más señas, se convirtió en presidente del Gobierno vasco. (Histórica también la sesión porque, al final de la misma, Ibarretxe anunció su retirada de la escena política).
Patxi López siguió con el discurso que ha mantenido desde que asumió el liderazgo del PSE hace nueve años: diálogo, pacto y consenso para construir Euskadi "entre todos" y enterrar "los viejos discursos separadores de los "nuestros y los otros". Ha llegado la hora de hablar de nosotros", afirmó.
En una larga intervención de hora y media, el candidato socialista desgranó un plan de gobierno construido con el cemento de "la voluntad de convivir, de superar nuestras legítimas diferencias y de llegar a acuerdos".
Para crear ese clima es necesario que "podamos convivir sin renunciar cada uno a su elección" y sin "imponer" nada a nadie.
Se trata, precisó, de que "los socialistas, los nacionalistas o los que no sean ni lo uno ni lo otro" reivindiquen sus valores sin agresiones a los otros.
Y aunque parezca una obviedad, garantizó que su ejecutivo nunca propondrá "un modelo oficial de qué ser y cómo ser", algo que el Ejecutivo de Juan José Ibarretxe buscó al identificar vasco con nacionalista.
Sin frustraciones
Ofreció su "mano tendida" para pactar todos los grupos parlamentarios y agentes sociales, pero "con particular énfasis" al PNV, que será "el principal partido de la oposición".
Este guiño no fue óbice para que López clavara algún rejón a la estrategia soberanista de los nacionalistas. "No tengo intención -dijo- de vender frustraciones a este país como si fueran trofeos políticos, no convertiré el desacuerdo con el Gobierno de España en motivo de orgullo ideológico".
Se refería al rechazo del plan Ibarretxepor el Congreso y de la anulación del referéndum por el Tribunal Constitucional, reveses que Ibarretxe presentó como prueba de la inquina de España hacia Euskadi.
El "lehendakariŽ, aunque no tomará posesión del cargo hasta mañana, también se puso deberes para los próximos cuatros años, y entre estos colocó en primer lugar acabar con el terrorismo.
Subrayó que "será mi primera obligación, mi primer empeño" y en esa tarea "seré el primer "lehendakari" que estará día a día frente a ETA".
Pero no quiere estar solo en ese reto y reclamó "el apoyo" del Parlamento vasco para "diseñar una estrategia antiterrorista compartida por todos". También bajó a la arena de la rutina diaria contra el terrorismo y garantizó "recursos" y, sobre todo, "apoyo político" a la "Ertzaintza" en esa lucha.
Ese respaldo, prosiguió, irá acompañado de la "necesaria deslegitimación social en todos los ámbitos" de ETA y sus grupos afines, algo que es una exigencia "clamorosa" de la sociedad vasca.
Patxi López no dejó pasar la oportunidad de homenajear a las víctimas de ETA puesto que Euskadi no puede construirse "sobre el olvido, sino sobre la memoria" .
El autogobierno será para el próximo presidente del Gobierno vasco el segundo eje de su gestión, y lo será de la mano del Estatuto de Gernika, arrinconado por el PNV en la última década. Ese texto es un "marco de convivencia democrática" y debe ser "punto de encuentro" para todos, en lugar de "otras aventuras que dividen y enfrentan", subrayó con la mente puesta en el plan Ibarretxe.
Indicó López que pretende dar un empujón al desarrollo estatutario y, como primer paso, anunció la inmediata negociación del traspaso de las políticas activas de empleo. El siguiente será "reforzar el marco de autogobierno", una forma de plantear la reforma del Estatuto sin mencionarla de forma expresa, por los recelos que despierta por motivos opuestos en el PP y el PNV.
El líder socialista también pisó el proceloso charco de la política lingüística, manzana de la discordia, para proponer la meta de un "bilingüismo integrador" en el que tanto el castellano como el euskera sean las lenguas vehiculares en la educación.
Anunció que derogará, "por haber surgido fuera del consenso", los decretos de Ibarretxe que sólo concedían el carácter vehicular al euskera.
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Juan José Ibarretxe, que deja la política, felicita al término de la votación a Patxi López, convertido ya en "lehendakari" del Gobierno vasco.
Patxi López corresponde a los aplausos desde su escaño, nada más conocerse la votación. REUTERS
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