Bengoetxea VI, que partirá favorito para el dinero, separó material de más toque que Patxi Ruiz en el Labrit
El sábado saltarán al Labrit Bengoetxea VI y Patxi Ruiz. Lo harán como pelotaris profesionales, como atletas de 1,77 y 1,85 metros respectivamente, como delantero y zaguero, como campeones... y también jugarán sus cabezas. Y los dos, Oinatz y Patxi, saben que llegar a 22, sobrevivir en el Manomanista, va a depender de cómo respondan sus mentes. Su entorno trata de centrarles, de trabajar sus cabezas.
Al menos hasta el próximo 7 de junio Oinatz Bengoetxea lucirá en su pecho el símbolo del campeón, y el sábado comenzará a defenderlo en el Labrit. El año pasado a estas alturas había jugado dos partidos y realizado una docena de entrenamientos. Oinatz debuta el sábado, y con nueve entrenamientos. Entra de sopetón en el campeonato.
"Las cosas no cambian de un año para otro. Cada uno se presiona lo que quiera, yo no me presiono. Lo veo como una oportunidad para ir hacia adelante, y lo veo así", explica Bengoetxea. "Tener más tiempo tiene sus ventajas y venir de abajo rodado también. Esta camiseta no pesa, es un campeonato distinto y otra oportunidad, yo no me presiono".
De su temporada como campeón, Oinatz Bengoetxea tiene grabada a fuego la eliminatoria del Cuatro y Medio contra Olazabal del pasado 20 de octubre. Perdió 22-16, aquella herida tardó en cicatrizar, y desde entonces su botillero, Asier García, no para de trabajar en la cabeza de Oinatz.
"Oinatz quiere ganar siempre y para ese partido contra Olazabal iba mentalizado, debía mantener la presión, la tensión. Pero por todos sitios se empezó a oír que iba a ganarle fácil, que no iba a tener problema. Sin querer eso se le metió en la cabeza, y salió al partido apajarado, le temblaron las piernas, se le empezó a ir el partido y no supo reaccionar", explica el botillero. "Eso no se puede repetir".
Desde los ocho años
Óscar Yániz conoce a Patxi Ruiz desde los 8 años, cuando comenzó a jugar a pelota en el San Miguel de Estella. Hace unas semanas el pelotari le llamó para que le ayudara como botillero en un Manomanista al que no llegaba en buenas condiciones. Yániz, como sus hermanos antes, aceptó. Él sólo tiene una misión, que los nervios y la cabeza le traicionen.
"Hay que estar encima de Patxi cada tanto, animarle, que no se vaya. Yo le estoy venga a insistir en que salga a disfrutar de la pelota, que se olvide de lo demás. Y si una pelota se le va arriba y falla, que suelte dos gritos y se desahogue, pero que no se coma la cabeza", decía ayer Yániz.
Patxi Ruiz sufrió como un condenado en el partido contra Leiza, y sabe que el sábado en el Labrit tampoco tiene un compromiso sencillo. Bengoetxea es campeón y su sotamano destroza a cualquiera. "No llego en las mejores condiciones y el sábado saldré a hacer lo que pueda. El otro día sufrí mucho con Leiza, y con Oinatz lo tengo muy difícil. Es un luchador, tiene otra cabeza y está confianza", dice.
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Patxi Ruiz y Oinatz Bengoetxea, ayer por la mañana en el Labrit después de la elección de material para el partido del sábado. CALLEJA
Patxi Ruiz, durante la elección de material de ayer en el Labrit. CALLEJA
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