Obama llega al Despacho Oval sobre las 09.00 horas, tras desayunar con Michelle y las niñas
ALGO así no se daba desde la llegada de los Kennedy a la Casa Blanca. La nueva "First Family", la familia del presidente norteamericano Barack Obama, no sólo fascina a los estadounidenses, sino a todo el mundo.
"Change", el cambio prometido por Obama, se hace sentir más allá de la esfera política. La nueva etiqueta en la Casa Blanca -como los vestidos sin mangas de Michelle Obama- o la decisión familiar de plantar un huerto en el jardín de la residencia presidencial revelan un nuevo estilo que exuda dinámica, modernidad y frescura.
No hay nada que parezca no interesar al público, ya sea la hora a la que se levanta el presidente, lo que le gusta comer, qué le regala a su esposa por San Valentín, dónde duerme la nueva "primera mascota", el perro Bo, o cuántas fiestas pijama dan las hijas de los Obama Sasha, de siete años, y Malia, de diez.
Y no hay signo alguno que indique que ese interés decrecerá una vez pasados los cien primeros días de los Obama en la Casa Blanca.
Ya desde el primer día de trabajo el nuevo presidente casi deja sin aliento a muchos conservadores: Obama apareció en mangas de camisa en el Despacho Oval.
En los fines de semana incluso se deja ver en jersey e incluso anima a sus colaboradores a emular su ejemplo.
Una actitud bien distinta a la de su predecesor, George W. Bush, quien según recuerda su ex consejero Dan Bartlett era capaz de regañar como un maestro de escuela a sus alumnos a quien siquiera se le ocurriera aparecer sin corbata en su presencia.
El contraste
Obama además no es tan madrugador como Bush. Suele aparecer en el Despacho Oval a las 9 de la mañana, después de desayunar con Michelle y sus hijas. También intenta cenar siempre que puede con sus tres "mujeres" en casa, en un claro intento de buscar un equilibrio entre la vida familiar y la profesional.
Algo que, por lo que se puede ver, le está sentando muy bien: "Pese a todos los desafíos (políticos) nunca lo vi tan feliz", dijo su asesor David Axelrod, según el diario The New York Times.
Está claro que parte de la fascinación en los Obama se debe a que se trata de la primera familia negra que entra en la Casa Blanca. A ello se une el hecho de que son unos padres relativamente jóvenes con dos niñas muy lindas. Pero según los observadores, hay algo más detrás de ello: la sensación de armonía, equilibrio y felicidad personal que transmiten.
Cuando se ve a la pareja Obama, "se nota que siguen siendo una pareja de enamorados", afirma la escritora Liza Mundy, autora de un libro sobre Michelle Obama. Rara es la ocasión en la que el presidente deja pasar la oportunidad de hacerle un cumplido a su mujer en público. Sencillamente se trata de una "familia armónica y verdaderamente simpática", resume Mundy.
El modo elegante en que el presidente se mueve enfundado sus trajes de corte impecable sigue despertando admirados comentarios por doquier. Queda bien incluso cuando posa en el jardín de la Casa Blanca dejándose arrastrar por su perro Bo, y eso es algo que despierta respeto en todo el mundo.
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Obama practicó durante el pasado fin de semana el golf. AFP
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