Hasta el verano del 2003, Estella ofrecía a los transeúntes la posibilidad de pasar la noche en un albergue habilitado dentro del patio del monasterio de Rocamador de los Capuchinos. El Ayuntamiento y la orden religiosa llegaron a un acuerdo en 1985 para prestar este servicio dentro de una cabaña habilitada para cuatro plazas. Además, desde las dependencias municipales se les facilitaba un billete de autobús y un bocadillo. En el verano del 2003, el albergue cerraba sus puertas tras producirse incidentes con alguno de sus usuarios. Durante un año, el Ayuntamiento barajó diferentes modelos de gestión que permitiera continuar con la prestación pero finalmente al no encontrar una fórmula decidió su cierre definitivo, lo que trajo también la supresión del billete y del bocadillo. "Aún hoy hay quien nos lo pide", dijo José Cruz Ortiz.
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