Moratinos afirma que lo correcto hubiera sido tomar la decisión, explicarla a los países amigos y ejecutarla
Lo hecho, hecho está, y ahora a cerrar filas. El Gobierno salió a toque de trompeta a sostener contra viento y marea que "todo" el gabinete comparte la decisión de retirar las tropas destacadas en Kósovo. La ministra de Defensa defendió esta tesis desde la base gaditana de Rota y el titular de Exteriores, desde Seúl.
Miguel Ángel Moratinos, sin embargo, matizó: "las decisiones se toman, luego se explican y luego se ejecutan". Una secuencia que en este caso no se siguió pues la decisión se adoptó, luego se anunció a bombo y platillo, y sólo después se explicó.
En La Moncloa reinaba ayer la desolación. Una medida que podía contar con un amplio consenso, desde luego el del PP estaba asegurado, y que podía haber tenido un impacto positivo en la opinión pública, se volvió un nuevo quebradero de cabeza para un Gobierno al que si algo sobra son jaquecas políticas.
Por no hablar, dicen en la sede presidencial, de la repercusión entre los países amigos y menos amigos, muy críticos todos con la decisión unilateral.
Pero la marcha atrás es inviable. Carme Chacón y todos los miembros del Gobierno que tuvieron un micrófono a tiro trataron de hacer de la necesidad virtud y defendieron con energía la retirada de las tropas de Kósovo y el consiguiente abandono de la misión internacional KFOR auspiciada por la OTAN. La ministra de Defensa señaló desde la base de Rota, donde despidió a los barcos de la Armada que se incorporan a la operación contra la piratería en el Índico, que "el grueso" de las tropas en el país, cuya independencia no reconoce España, estará de regreso "a finales de verano".
Repliegue escalonado
Durante 25 minutos, y de forma reiterativa, explicó que la misión española ha concluido su labor humanitaria en Kósovo y, por tanto, no tiene sentido seguir allí. El repliegue, dijo, no será inmediato, como en Irak, sino que se hará "de forma escalonada y en perfecta coordinación con los aliados".
La labor de la ministra fue complementada por Moratinos desde Corea del Sur. El jefe de la diplomacia explicó que estaba al tanto del "plan" de retirada de Kósovo y negó la existencia de "divergencias" entre los ministros. "Es una decisión de todo el Gobierno", sostuvo repitiendo las palabras de Chacón.
Lo que no explicó Moratinos es por qué si Exteriores conocía los planes no informaron a los embajadores en Estados Unidos, Jorge Dezcallar, y ante la OTAN, Carlos Miranda, quienes se enteraron de la medida por altos funciones del Departamento de Estado norteamericano y de la Alianza Atlántica el mismo jueves en que Chacón dijo en Istok: "la misión está cumplida y es hora de volver a casa".
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La ministra Chacón en la pasarela de la fragata Numancia. EFE
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