A la hora de confeccionar las alineaciones en las circunstancias que atraviesan Osasuna o Espanyol, los entrenadores deberían considerar, además de la capacidad o las necesidades tácticas, la velocidad a la que salta al campo cada uno de sus hombres. Unos lo hacen a cámara lenta y otros con la necesidad clara de correr también por los anteriores, algo que en partidos como el de ayer, a base de corazón, no resulta admisible. En el Espanyol, Pochettino puede ir pensando cómo cambiar a media plantilla, en Osasuna hay también algún jugador que llama la atención, por no hacer él ni dejar hacer a los demás, a los que somete a un trabajo extra. Un jugador puede estar acertado o fallón, pero lo que no resulta admisible es que corra a cámara lenta o no dispute los balones porque ni siquiera se entera dónde están. Mejor que alegue sobrecarga el día anterior y no entre en la convocatoria.
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