Varios cicloturistas tuvieron la oportunidad de observar de cerca, en el Vedado de Eguaras, a uno de los animales más huidizos y esquivos: el zorro. Se acercó al grupo sin mostrar apenas temor.
EL zorro es un animal con fama de astuto, silencioso y discreto, condiciones que revela todos los actos de su vida y que le han permitido sobrevivir a los continuos ataques y persecución sin tregua de que viene siendo objeto, particularmente por los daños que inflige en las piezas de caza menor. Su naturaleza sospechosa y tímida, le obliga a evitar el peligro. Esa era la idea que un grupo de cicloturistas tenía del mamífero hasta el pasado fin de semana.
Ahora no lo tienen tan claro.
Floren Ortega, Javier Remírez, Manuel Navascués y Tobías Tetaert, amigos de Olite, se adentraron en el Vedado de Eguaras para conocer esta pequeña reserva natural, al norte de Bardenas. Una propiedad particular (157 hectáreas) perteneciente al término municipal de Valtierra, aunque separado del mismo.
Mientras el grupo observaba las ruinas del castillo de Peñaflor que aún quedan en el lugar, apareció un zorro a la carrera. No era la primera vez que veían la fugaz aparición de estos pequeños carnívoros entre la maleza. Lo que les sorprendió fue el regreso del animal.
Como si se tratara de un perro, la raposa se les fue acercando como si tal cosa. Los zorros son normalmente muy precavidos hacia los humanos, pero éste parecía indiferente. Y más cuando, al reclamo de pequeños trozos de pan, se dejó fotografiar y casi tocar, hasta que los ciclistas decidieron proseguir camino. En ese momento, el animal hizo lo que se presuponía y salió también zumbando.
Descartada su posible procedencia de Senda Viva, ya que no figura en el inventario del parque cercano, el biólogo de la Comunidad de Bardenas, Alejandro Urmeneta, indicó que el hecho "no es habitual, pero tampoco extraño". Agregó que el zorro "tomó más riesgos de los habituales" quizás acuciado por el hambre al final del invierno.
Dado que marzo y abril son los meses del parto, pudiera tratarse de un hembra joven e inexperta atraída por su fino olfato y el almuerzo de los excursionistas. Si bien esa misma confianza puede ser su perdición si topa con algún cazador desaprensivo, a juicio de Urmeneta. Ojalá se equivoque.
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Floren Ortega logra que el zorro se acerque hasta casi tocarlo con la mano.
Aspecto que presentaba el zorro del Vedado de Eguaras. L.C.
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