Las operaciones de cambio de titularidad se están concentrando hasta el momento en Lezkairu y Guenduláin
Entidades bancarias han comenzado a hacerse con la propiedad de terrenos de Pamplona y la comarca sobre los que se ha planificado la construcción de viviendas, debido a que las constructoras y promotoras que eran dueñas de los terrenos atraviesan problemas económicos y, en la mayor parte de los casos, no pueden hacer frente a créditos que contrajeron con los bancos para comprar el suelo.
Lezkairu, en Pamplona, ya ha registrado operaciones de este tipo. El Banco Santander se ha hecho con la titularidad de tres subparcelas que pertenecían a una constructora navarra, tal y como indicaron ayer desde el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona, a la que hay que comunicar todos los traspasos de propiedades que puedan producirse, ya que Urbanismo tiene que girar cuotas por la urbanización a quienes en cada momento figuren como los dueños de los terrenos.
El Banco Santander cuenta con una nueva división inmobiliaria, Altamira Santander Real Estate, con la que pretende poner en venta las promociones de viviendas adquiridas a cambio de cancelaciones de deuda de sus clientes promotores. El banco de Emilio Botín explicó a principio de año que sus empleados, los hijos de éstos y los jubilados del banco serán los primeros en tener acceso a estas viviendas, con un descuento medio que rondaría el 25% sobre el precio del mercado.
Lezkairu, al sur del Segundo Ensanche y entre la capital navarra y Mutilva, aglutina 55 parcelas de constructoras y promotoras, propietarios particulares y el consistorio. Según constructores consultados ayer, el precio de compra de suelo llegó a alcanzar en algunos casos entre 800 y 900 euros por metro cuadrado. Junto a Arrosadía (entre la UPNA y el barrio de La Milagrosa), forma un desarrollo de 1,1 millones de metros cuadrados sobre los que están planificadas 6.269 viviendas (4.976 en Lezkairu), de las que el 23,8% serán protegidas. Actualmente se están ejecutando las obras de urbanización, presupuestadas en 151 millones de euros más 55 de indemnizaciones. Enrique Maya, director de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona, indicó ayer que hasta el momento, a pesar de la crisis del sector de la construcción, han cobrado con normalidad todas las cuotas de urbanización. También, que la irrupción de entidades financieras no debe afectar al desarrollo de Lezkairu. "Que sea propietario un banco no tiene ningún efecto. Nos tienen que comunicar y documentar que hay un nuevo propietario, y éste deberá pagar las cuotas y la urbanización seguirá", dijo Maya.
Más operaciones
Este periódico ha podido saber que la del Banco Santander puede no ser la última entrada de una entidad bancaria en Lezkairu, ya que la Caja Laboral y el Banco Popular pueden estar muy cerca de hacerse con parcelas de otras empresas con problemas. Voces del sector foral de la construcción y promoción también citaban ayer al BBVA, que posee la inmobiliaria Anida. "No creo que estén entrando con voluntad de promover", exponía un constructor, "algo que sería legítimo, pero también podría entenderse como competencia desleal". Por otro lado, descartaron que pueda pasar lo mismo con Caja Navarra y su sociedad de promoción inmobiliaria Cubican, ya que, según explican, la entidad foral avala a buena parte de las constructoras y promotoras navarras y "no va a hacer competencia promoviendo en Navarra". La CAN, a través de Cubican, sí que promueve viviendas en comunidades próximas que son construidas por empresas forales.
En los terrenos de Guenduláin, en los que se prevé 19.000 viviendas (el 75% protegidas), también se han producido cambios de titularidad y, al menos tres constructoras o promotoras han cedido todos o parte de sus derechos allí a bancos u otras empresas. Una promotora vendió hace dos o tres meses su participación en Desarrollo Sostenible, sociedad que, formada por 44 empresas de la Asociación de Constructores y Promotores de Navarra, compró 3 millones de metros cuadrados a los herederos del Conde de Guenduláin para ofertarlos en 2005 en un concurso público de suelo al Gobierno, que se hizo con la titularidad, a cambio de los derechos edificatorios. Hoy todavía no hay fecha para el comienzo de obras. "Preveíamos que Guenduláin era un desarrollo a 5 o 6 años y han pasado. Tener algo paralizado 5 o 10 años más, tal y como están las cosas, es una complicación", explicaba el pasado domingo en este periódico un responsable de esta empresa, que prefirió no desvelar quién se había quedado con la participación de Guenduláin.
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Vista parcial de los terrenos de Lezkairu, en los que, junto a los de Arrosadía, está prevista la construcción de casi 6.300 viviendas. J..C.CORDOVILLA
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