La Fiscalía ha acusado de homicidio involuntario al padre del autor de la matanza de Winnenden. El motivo, no custodió sus 16 armas y 4.600 balas
LA Fiscalía de Waiblingen (sur de Alemania) ha abierto sumario por homicidio involuntario contra el padre del joven de 17 años que la semana pasada mató a quince personas, la mayoría alumnos o maestros de su antigua escuela, y posteriormente se suicidó.
Las investigaciones se centran en que el padre tenía en casa hasta 4.600 balas y no había guardado convenientemente en una caja fuerte el arma con la que el muchacho perpetró la matanza, una Beretta, indicaron ayer fuentes policiales.
El miércoles pasado, Tim Kretschmer, de 17 años, irrumpió en su antigua escuela en la localidad de Winnenden, en el estado de Baden-Württemberg, y mató a bocajarro a nueve alumnos -ocho chicas y un chico- y tres maestras.
Luego se dio a la fuga, durante la cual asesinó a otras tres personas, y finalmente se suicidó al verse acorralado por la Policía.
Además de la Beretta, que al parecer estaba en el dormitorio, el padre tenía otras 16 armas guardadas en una caja fuerte, de la que, según los investigadores, el muchacho conocía el código secreto.
Las clases, reanudadas
En Winnenden se reanudaron ayer las clases, aunque de forma voluntaria y en centros alternativos. Los niños y adolescentes que optaron por volver a las aulas llegaron en autobuses a los seis centros municipales habilitados para hacer las funciones de colegio.
Profesores de la escuela afectada, así como pedagogos de otros centros de enseñanza cercanos y psicólogos, se encargan desde ayer de impartir las clases y asistir a los alumnos. Las autoridades locales no han decidido aún si la escuela volverá a ser utilizada como centro de enseñanza o si será derribada.
Mientras, los periódicos locales ofrecen estos días detalles sobre las tres profesoras asesinadas. La primera en caer fue una maestra de matemáticas y física, que planeaba casarse en mayo con un policía de Winnenden. Su novio se enteró de la muerte por radio, mientras participaba en la operación.
También una becaria cayó bajo el fuego de Kretschmer. La mujer trabajaba como voluntaria en una asociación de ayuda a débiles mentales. Otra becaria, de 24 años, recibió un balazo mortal cuando salió al paso del asesino, hablándole con calma para detenerlo. Una joven de 15 años, alumna de la escuela, quien reveló estos detalles.
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Decenas de personas acuden todos los días a la escuela de Winnenden a depositar flores y velas. EFE
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