El Betis se estrelló
en dos ocasiones con la madera mientras que Osasuna no disparó
entre los tres palos
La ambición marca la personalidad de un equipo. Luego, el resultado pone en su sitio a cada uno, que sale bien o mal parado en la tabla. A fin de cuentas es una pura cuestión de justicia. Ahora mismo, en un punto de la temporada crucial, puede afirmarse que Osasuna no tiene pólvora para marcar. Apenas ha disparado una vez con peligro entre los tres palos en los últimos tres partidos, una enfermedad preocupante y que debe curarse ya.
en dos ocasiones con la madera mientras que Osasuna no disparó
entre los tres palos
El equipo rojillo quedó retratado ayer en el Ruiz de Lopera. Ni un solo lanzamiento con peligro ni jugadas de ataque colectivas. Sin profundidad, plano, estéril y falto de ideas cuando el balón estuvo en sus pies. Quemaba la pelota. Un mal síntoma que cuestiona la psicología del grupo. ¿Por qué Osasuna no se atrevió a luchar por ganar el partido? ¿Pesan las piernas? Temeroso y poco valiente, el cuadro navarro pudo al menos salvar un empate gracias al extraordinario rendimiento que ofrecieron ayer todos sus defensores, sin duda el gran activo de esta plantilla.
La cara ofensiva distó en años luz de la defensiva, y eso que en frente estaba un Betis inquieto cuya parroquia no le perdona una. "Chaparro vete ya", atronaba el Ruiz de Lopera en los minutos finales. Lo cierto es que el equipo sevillano no había podido con la férrea zaga foral, si bien gozó de las mejores aproximaciones. Estrelló dos balones en la madera y, como no encontró la llave, lo intentó con disparos lejanos. Por cierto, muchos de ellos llegaron tras errores en el pase de jugadores de Osasuna.
A Camacho se le notaba afectado por la imagen ofrecida. Demasiada lentitud y pocos hombres por delante del balón. Apostó de inicio por Hidalgo y Dady como hombres más adelantados. Ninguno le cogió el tino a este bochornoso encuentro. Bochornoso, por el calor y por el aburrimiento. Los dos estuvieron demasiado separados del resto. Sin mordiente y sin espacios. Y además no les llegó nada. Las bandas tampoco encontraron profundidad, y en el centro del campo Puñal se multiplicó para arreglar los desaguisados. Nekounam, el organizador, no pudo coger la batuta.
Muy pocos argumentos
El Betis también se ahogó pero al menos encontró aire gracias a su inspiración, intermitente pero válida. Emaná, un portento físico, protagonizó la primera arrancada de la tarde. Oliveira agujereó la retaguardia navarra con un gran pase y el camerunés lanzó a placer fuera. Después fue Sergio García el encargado de conectar un misil que salió rozando el palo. El internacional no tenía opción en la banda por culpa de Azpilicueta, su pesadilla, y trató de buscar su hueco hacia el centro. Arzu también probó fortuna de lejos. ¿Y Osasuna? Muy poco. Un lanzamiento de falta desviado de Monreal y un remate manso de espaldas de Plasil. Y para de contar.
La escasa ambición continuó en el segundo tiempo. Un disparo de Hidalgo en el área llegando de atrás, tras un buen centro del lateral zurdo, fue el único acercamiento. Se marchó a las nubes. Un charco en el desierto. Saltaron más tarde Delporte y Masoud en busca del efecto sorpresa. El francés, a banda cambiada; y el iraní, entre líneas. Ni por ésas. No pudieron mejorar las prestaciones ofensivas.
Que pase el tiempo
El Betis acrecentó su gobierno y comenzó su asedio con centros y disparos bien defendidos por Sergio y Miguel Flaño, dos pilares inexpugnables. Uno de ellos se le envenenó a Roberto. Fue del turco Mehmet Aurelio. Se le escapó pero apareció una madera milagrosa. El meta abortaría luego un disparo de Oliveira, antes de que llegara la mejor ocasión verdiblanca. Fue en una falta lateral. Juanito se elevó y conectó un testarazo que encogió los corazones rojillos. Pegó en el palo.
Faltaban seis minutos para el 90 y como Osasuna ya había claudicado desde hace tiempo en ataque su misión fue la de aguantar el pellejo. Ya se sabe, que corra el reloj. El 0-0 guarda siempre la lectura de impedir que tu rival directo sume los tres puntos. Y por supuesto que se le da valor al empate. Se consiguió y Osasuna se acerca a dos a los puestos de supervivencia. No obstante, y Camacho el primero, el equipo es consciente de que para romper el gafe a domicilio tendrá que pegarse un buen lavado de cara. Más ambición y atrevimiento.
A
1. DOS CARAS
2. EL BETIS, SIN ALARDES
3. ¿MIEDO A PERDER?
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Nelson complicó la vida a Plasil con sus subidas por la banda. JAVIER SESMA
Curiosa imagen con Antonio Hidalgo, que salió de titular, agarrando el pie del bético Juanito. JAVIER SESMA
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