La maldición de los 11 metros

Patxi Puñal intentó cambiar la trayectoria del disparo cuando vio hacia dónde se tiraba el portero. JAVIER SESMA

Cuando uno se coloca en el punto de penalti once metros le separan del gol, ese premio que engrandece a los futbolistas y enciende a miles de personas al mismo tiempo. Ayer, González Vázquez señaló, de forma rigurosa, la tercera pena máxima favorable a los rojillos de la temporada (por las cinco que se le han pitado en contra). Puñal cogió el balón y lo plantó en el punto de penalti entre Aouate y él.

A su espalda, 19 futbolistas que miran hacia el mismo sitio y, enfrente, miles de personas que dan por hecho el gol. Cerca del área contraria, Josetxo se da la vuelta y da saltos para templar los nervios. Masca su chicle y mira hacia el fondo sur. No quiere saber nada del lanzamiento, los gritos de la grada le dirán si ha sido gol o no.

Pero este año un gafe persigue a Osasuna desde los once metros. En la primera jornada Nekounam marcó desde esa distancia. Desde entonces todo han sido fallos. Ante el Atlético de Madrid Portillo quiso asumir la responsabilidad del lanzamiento y lo falló.

Después llegó el penalti de la Copa ante el Athletic de Bilbao en el partido de vuelta en San Mamés. De nuevo Portillo se dirigió al punto fatídico y volvió a fallar el lanzamiento. Y ayer, Puñal sumó el tercer error de la temporada desde la distancia en la que nadie puede permitirse el lujo de fallar. Visualizó el lanzamiento en su mente y cuando comenzó la carrera hacia el balón vio que el portero se tiraba hacia un lado e intentó rectificar la trayectoria. No le salió.

Hasta hace tres años, Puñal llevaba once penaltis consecutivos marcados. Era infalible. La racha se cortó ante el Madrid y después volvería a fallar ante el Sevilla y ayer. Afortunadamente, el fallo sólo añadió más agonía al encuentro, pero no pasó factura en forma de puntos.

De todas formas, no es corta la lista de grandes figuras que alguna vez se han topado con el gafe de los once metros: Cristiano Ronaldo, Roberto Baggio, Baresi, Platini, Raúl, Beckham y el mismísimo Maradona sintieron ayer lo mismo que Puñal.

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Patxi Puñal intentó cambiar la trayectoria del disparo cuando vio hacia dónde se tiraba el portero. JAVIER SESMA