El rejoneador navarro salió a hombros de la plaza de Juriquilla, donde toreó junto al francés Castella y el mexicano El Payo, que se fueron de vacío
Bajo una plaza que colgó el cartel de "no hay billetes" y en una noche fría con molestas ráfagas de viento, Hermoso de Mendoza realizó el viernes en Juriquilla, estado de Guanajuato, el primer paseíllo de su temporada mexicana y no desaprovechó la ocasión; todo lo contrario, ya que al finalizar el festejo salió a hombros después de haber conseguido dos orejas.
Hermoso de Mendoza realizó una demostración de toreo a caballo y de espectáculo. Al que abrió plaza le cortó una oreja, tras una faena en la que destacó una de sus nuevas monturas, llamada Rui, y que sirvió, sobre todo, como prólogo ante lo que iba a llegar frente al segundo del lote.
Ante ese cuarto, el mejor toro de la noche, cuando sacó a Silveti puso al público en pie. Sólo un pinchazo y medio rejón letal impidieron al jinete estellés cortar un rabo en Juriquilla, máximo trofeo que ya consiguió en 2000.
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