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ABIERTO DE AUSTRALIA

Nadal bate a Verdasco y llega a la final

El número uno del mundo disputará la final del Open de Australia contra el suizo Roger Federer

Actualizada Sábado, 31 de enero de 2009 - 04:00 h.
  • COLPISA. MELBOURNE (AUSTRALIA)

Esto es lo que hay. Que nadie se llame a engaño. Este tipo, "el tal Nadal", llegó ahí arriba y está dispuesto a quedarse. No importa cómo lo hagas, ni lo que hagas, ni el armamento que uses. Está ahí y no se le derriba. Lo tienes que sacar de la pista con los pies por delante para ganarle.

Nadal le ganó a Verdasco uno de esos partidos que hacen historia -6-7 (4), 6-4, 7-6 (2), 6-7 (1) y 6-4-, por lo que jugó uno y por lo que jugó el otro, por la duración, por la calidad del choque, por su intensidad, por sus jugadas increíbles, por la heroicidad por parte de los dos...

A Verdasco, que tanto le gustan los héroes de cómic (la mano abierta hacia su amigo Claudio cuando gana los partidos es una referencia a Iron Man) le debió parecer que enfrente estaba Robert Downey Jr.

Le tiraba bala tras bala y el otro, el de la cinta al pelo, nunca se caía, y si se caía se levantaba. Fer lanzó ayer durante cinco horas y 14 minutos calibre de perforación, metralla pesada con ese brazo y esa precisión que tiene en su zurda. Pero Nadal aguantó en todo momento, llegando a todas las bolas como en esas películas en las que al final descubres que el héroe tiene chaleco antibalas, sólo que lo que tiene Rafa es un corazón de hierro.

Verdasco, digámoslo ya, jugó el partido de su vida. Un encuentro casi perfecto. Tuvo algún que otro bajón, afectado por las altas temperaturas y porque llevaba un torneo cargado de sets y dura lucha ante guerreros de primer orden como Tsonga o Murray, pero siempre estuvo a un nivel altísimo, inalcanzable para cualquier ser humano que se le hubiera puesto delante.

Pero no nos engañemos. Nadal es de otra galaxia. Alcanzó bolas imposibles, totalmente imposibles de alcanzar, y las puso en los ángulos de forma inverosímil.

"Lo he dado todo hasta el final y Fernando también, y hay que felicitarle por el gran torneo que ha hecho porque él se lo merecía también. Cualquiera de los dos podía haber ganado", dijo Nadal.

El balear añadió: "Ahora me toca hacer el esfuerzo de mi vida contra Federer. Él llegará más descansado que yo, pero haré todo lo posible para recuperarme y poder competir con garantías".

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Rafa Nadal y Fernando Verdasco se abrazan tras el maratoniano encuentro de semifinales del Abierto de Australia, que venció el manacorí en cinco sets.

Rafa Nadal, tumbado en la pista australiana celebrando su victoria ante el español Fernando Verdasco en la semifinal del Open de Australia. REUTERS

Rafa Nadal devuelve una pelota a Fernando Verdasco en la semifinal del torneo australiano. AFP

Fernando Verdasco, en un momento del partido. AFP


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