Interior y el jefe de la Policía Foral afirman que "no hay ningún problema" dentro del cuerpo

El consejero de Presidencia, Justicia e Interior del Gobierno de Navarra, Javier Caballero, y el jefe de la Policía Foral, Alfonso Fernández Diez, aseguraron hoy que en el cuerpo policial "no hay ningún problema" y que las discrepancias que se producen dentro del mismo responden a "diferencias profesionales".

Ambos comparecieron esta mañana en comisión parlamentaria, a petición del PSN, para clarificar la situación por la que atraviesa la dirección de la Policía foral ante la información de que el jefe de la Policía había presentado su petición de dimisión al director general de Interior, Juan Ramón Rábade, quien también compareció para clarificar esta cuestión.

Durante su intervención, el consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Javier Caballero, destacó que "todos los días pueden darse diferencias de criterios sobre temas puntuales", pero que "en ningún caso afectan ni a las líneas de fondo ni a las cuestiones estratégicas de lo que es el funcionamiento ordinario".

En su opinión, son temas del "quehacer diario" que "se solventan internamente entre los afectados" y que "no tienen mayor trascendencia". Caballero lamentó que "lo que debió ser una conversación privada" haya transcendido a la opinión pública, lo que ha causado que se "haya distorsionado de forma absoluta el contenido real de la misma".

El consejero puso de relieve que tanto Rábade como Fernández Díez tienen "una muy buena relación personal" y consideró que "ambos forman un magnífico equipo, perfectamente cohesionado y coordinado para el desarrollo de las políticas de seguridad de este Gobierno".

Según aseguró, dentro de la dirección general de Interior y de la Policía Foral existe "absoluta normalidad", aunque reconoció que hay que investigar este tema para averiguar quién realizó la filtración porque éstas "siempre responden a algún tipo de interés".

Por su parte, el jefe de la Policía Foral, Alfonso Fernández Díez, explicó que en una reunión profesional celebrada en su despacho el pasado 21 de noviembre con miembros de la Policía Foral y funcionarios públicos, mostró una opinión contraria a la metodología con la que se estaba llevando a cabo una labor policial "concreta", y que comentó que iba a trasladar su parecer al director de Interior.

Tras la reunión, Fernández Diez envió un correo electrónico a Rábade indicándole su disposición de cese, "a sabiendas que no era el órgano competente". A su juicio, se trata de una conversación "interna de trabajo, desarrollada en el despacho profesional y que pertenecía a la esfera privada".

El jefe de la Policía Foral se consideró la "víctima de todo este caso" porque "ha sido violada una conversación de tipo profesional en un despacho privado", por lo que, aseguró que él es "el único dañado por este tema" y que se ha intentado "dañar" su "imagen, dignidad y honor".

"Yo puedo discutir muchísimas veces con el director de Interior, normalmente nos cruzamos a diario 70 correos electrónicos, y por supuesto que tenemos discrepancias en aquellas materias profesionales, pero de ahí a que públicamente se haya podido oscurecer la perfecta confianza y sintonía que tengo con Rábade hay un abismo", subrayó.

Asimismo, destacó que "nunca" ha tenido la "voluntad" de cesar, ya que, si hubiese sido así "conozco la ley, y sé donde presentar mi dimisión si esa hubiese sido mi intención", ya que, la presentación de la dimisión debe hacerse al titular del departamento de Presidencia, Justicia e Interior, que es a quien corresponde aceptar o no el cese, y no al director de Interior.

En esta misma línea, el director de Interior, Juan Ramón Rábade, indicó que "nunca" ha tenido en su conciencia "la sensación de que el jefe de la Policía Foral me hubiese presentado su dimisión" porque "ni está en mi facultad el aceptarla, ni soy el órgano competente para tramitar la propuesta de destitución".

Rábade insistió en que la conversación respondía "al ámbito particular" dentro "de la relación personal y profesional directa que tiene que haber entre ambos". Además, negó que haya problemas en la dirección de la Policía Foral, y aseguró que entre él y el jefe del cuerpo policial existe "una estrecha relación personal".

"Cese definitivo"

En el turno de intervenciones, la parlamentaria del PSN Amanda Acedo pidió al jefe de la Policía Foral que presente su cese "definitivo" tras hacer "un daño innecesario e injustificable" a la Policía Foral, ya que, en su opinión "ha perjudicado su buen nombre y su imagen".

Para Acedo, "no es correcto ni lógico que un asunto que se está hablando en un ámbito privado se filtre al ámbito público", por lo que pidió que se tomen medidas en esta materia, y que Fernández Díez "reflexione y asuma su responsabilidad".

Por otro lado, el parlamentario de UPN Faustino León agradeció las explicaciones dadas por el consejero, así como por el jefe de la Policía Foral y el director general de Interior, y criticó que las intervenciones realizadas por los demás grupos políticos durante la comisión "han hecho un flaquísimo favor a la Policía".

Por parte de Nafarroa Bai, Koldo Amezketa consideró que durante la comisión "ha quedado clarísimo que existen discrepancias importantes dentro del cuerpo de la Policía Foral", pero lamentó que los afectados "no quieren entrar en el fondo del asunto". En su opinión, utilizan que las discrepancias se hayan producido en el ámbito privado par "salirse por la tangente y no tomar el asunto con la importancia que tiene".

El parlamentario del CDN José Andrés Burguete, por su parte, consideró que este asunto "no es motivo suficiente" para pedir el cese del jefe de la Policía Foral, aunque mostró su preocupación porque "se puedan transcender informaciones internas al ámbito público", e instó a que se averigüe quién ha infiltrado el correo electrónico.

Por último, el parlamentario de IUN Ion Erro criticó la "falta de profesionalidad" del jefe de la Policía Foral y el director de Interior "a la hora de gestionar este situación de gravedad". Por ello, exigió responsabilidades políticas para mantener el "buen nombre" de la Policía Foral.