La Guardia Civil investiga si los cinco colaboradores detenidos ayudaron también a huir al jefe de otro comando en julio
Las autoridades francesas no disponen de ningún elemento que permita probar la participación de Aitzol Iriondo, Gurbitz, dirigente de ETA detenido el lunes cerca de la frontera con España y presunto sucesor de Txeroki al mando de los comandos, en los asesinatos de los guardias civiles Fernando Trapero y Raúl Centeno perpetrados el 1 de diciembre de 2007 en Capbreton.
El cotejo de sus huellas genéticas y digitales con las muestras de ADN y las impresiones dactilares recogidas en el lugar de los hechos y en los coches utilizados por el comando autor del atentado han dado resultados negativos, como ya ocurrió con Garikoitz Aspiazu, Txeroki, su presunto predecesor en la jefatura militar, detenido tres semanas antes en la misma zona de los Pirineos franceses.
Tampoco ha sido positiva la comparación de los tres casquillos de 9 milímetros recogidos junto a los cuerpos tiroteados de los agentes con la pistola Smith & Wesson del mismo calibre ocupada en su poder.
En el caso de Gurbitz ni siquiera se han identificado sus huellas en el piso de Toulouse donde vivían Saioa Sánchez y Asier Bengoa, los dos únicos imputados por los asesinatos, en el que sí se constató la estancia de Txeroki mediante peritajes genéticos y dactiloscópicos.
Esta prueba de cargo, entre otros indicios, permitió a la jueza Laurence Le Vert inculpar a Aspiazu en el sumario de Capbreton por actos preparatorios del atentado como el alquiler o el disfrute del apartamento, pero no como autor material o cómplice de los crímenes.
Por consiguiente, Aitzol Iriondo no será inculpado por el caso Capbreton cuando este viernes comparezca ante un magistrado de los juzgados antiterroristas de París al término del plazo legal de 96 horas a disposición policial.
Registros en Vizcaya
Por otro lado, Los servicios de Información de la Guardia Civil investigan si los cinco presuntos colaboradores de ETA capturados el lunes y el miércoles en Guipúzcoa y Vizcaya están relacionados con la huida no sólo de su amigo Aitor Artetxe, detenido en Francia junto al jefe de la banda Aitzol Iriondo, sino con la fuga de Asier Borrero, uno de los cabecillas del complejo terrorista desmantelado en Vizcaya el pasado julio y que también logró zafarse de las fuerzas de seguridad.
Por otro lado, los servicios de Información intentan averiguar el paradero de otras tres personas relacionadas con el viaje de Artetxe a Francia el pasado lunes. Se trata de: A. E., vecino de Algorta, dueño de un Opel Zafira usado para ese periplo; O. E., residente en Berango, ex novia de Artetxe y dueña de un Skoda que también fue utilizado en el viaje al país vecino, y J. L., otro vecino de Algorta al parecer miembro del círculo de amigos de Artetxe.
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