El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez, ofició una misa en las instalaciones del polígono
UNA misa, la imposición de seis medallas al mérito aeronáutico ya la constancia en el servicio y un aperitivo integraron los actos organizados por el cuartel del polígono de tiro de Bardenas para celebrar la festividad de la Virgen de Loreto, patrona del Ejército del Aire.
A los actos asistieron la delegada del Gobierno, Elma Sáiz y el coronel delegado de Defensa, Javier Solabre, además de altos mandos militares, representantes de cuerpos policiales, alcaldes de distintas localidades riberas y miembros de la Comunidad de Bardenas con su presidente, José Antonio Gayarre, al frente, entre otros.
Imposición de medallas
La misa fue presidida por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela Francisco Pérez, y concelebrada por Santiago Jiménez Igea, párroco de Arguedas; y Wenceslao Sanz Gil y Florencio Mirallar Benedí, capellanes del Ejército del Aire.
Tras el acto religioso, celebrado en una nave de las instalaciones del cuartel del polígono de tiro de Bardenas, se rindió homenaje a los caídos. Dos soldados acercaron hasta el altar, presidido por una imagen de la Virgen de Loreto, una corona que fue depositada ante el mismo por la delegada del Gobierno y el coronel jefe del polígono de tiro Carlos Javier Alonso. Posteriormente hubo una salva de honor y se entonó el himno a los caídos, además del del Ejército del Aire.
Elma Sáiz y Carlos Javier Alonso, junto con Javier Solabre, fueron los encargados, posteriormente, de imponer las siguientes medallas de reconocimiento: Recibieron la cruz del mérito aeronáutico con distintivo blanco el teniente de la Guardia Civil Pedro Martín Páez; el sargento del Ejército del Aire Vicente González Díaz; el cabo primero Santiago Gutiérrez Romero; y la soldado Noma María Vidondo Troya.
Por su parte, el cabo mayor Joaquín Gil López recibió la cruz de plata a la constancia en el servicio, y el cabo primero Alberto Martínez Gascón la cruz de bronce a la constancia en el servicio.
La jornada de celebración concluyó con un aperitivo que se sirvió en las instalaciones para los invitados a la fiesta y que se inició con un brindis por el Rey don Juan Carlos.
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