Aimar Olaizola y Julen Retegui han conseguido hacerse con dos títulos en un mismo año
El lunes por la tarde las caras de los responsables de Asegarce (Iñigo Salbidea, Roberto García Ariño, Salva Vergara o Rafa Echeverría) tenían una sonrisa de lado a lado en el Atano III. No era para menos. Aimar Olaizola conseguía ayer con el Cuatro y Medio la quinta txapela para la promotora bilbaína en lo que va de año, que serán seis el próximo sábado porque el Cuatro y Medio lo juegan dos pelotaris de la empresa. Seis de seis, una cifra que hacía años que no se conseguía.
Si la época estival no resultó especialmente buena para Asegarce, los campeonatos oficiales han sido justo lo contrario. Su dominio ha sido absoluto, y con un factor que no se puede ni debe perder de vista. De las tres finales de Segunda, la de los pelotaris que en teoría tienen más proyección, dos las han jugado exclusivamente pelotaris de Asegarce: Cuatro y Medio y Parejas.
Con pelotaris no previsibles
El dominio de Asegarce también esconde una peculiaridad. Algunos de sus títulos los han conseguido con pelotaris que inicialmente no entreban en los pronósticos. El caso más claro es el de Oinatz Bengoetxea, pero también el de Oier Mendizabal, que partía de sustituto en el Parejas, y acabó siendo campeón con Aimar.
"Me alegro en el caso de Oinatz porque es un estilo de juego novedoso, nadie apostaba por su sotamano y ahí está. Y en el caso de Mendizabal es un chaval que salía de suplente y ha cumplido muy bien", explica Salva Vergara, director deportivo de Asegarce.
Pero si hay algo que ha caído bien en las vitrinas de la empresa bilbaína es el Cuatro y Medio de Olaizola II. "No sólo por el título, sino por las circunstancias, como Aimar ha pasado de casi no jugar, a ir a más en el campeonato y terminar como campeón cuando nadie daba un duro por él por la lesión".
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