El de ayer, fue un nuevo episodio de intoxicaciones por monóxido de carbono debido a una mala combustión de gas. Una familia ecuatoriana se vio afectada en Berriozar por el monóxido desprendido de la bombona de una cocinilla cuando calentaban la cena en una olla. Una pequeña habitación de diez metros cuadrados en la que se encontraban 13 personas pudo convertirse en una trampa mortal. El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro e insípido, que no irrita, ni hace toser, por lo que su detección es muy difícil a no ser que se cuente con un aparato detector de estos gases. La inhalación de monóxido de carbono dificulta la llegada de oxígeno al cerebro, corazón, y resto del cuerpo humano.
En lo que va de 2008, se han producido en Navarra otros casos de intoxicación por monóxido de carbono. El 20 de abril, seis jóvenes bilbaínos que pasaban el fin de semana en Bargota resultaron intoxicados con una barbacoa dentro de una casa. El 22 de enero, se intoxicaron un matrimonio de Burlada y sus dos hijos debido a la mala combustión de una caldera y una semana antes, el 13 de enero, tres personas sufrieron otra intoxicación por monóxido de carbono en Etxarri Aranaz por la mala combustión de una caldera de gas.
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