"Aquí la gente prefiere un sueldo seguro a media hora de casa que montar su propio negocio"
Diego Urra Velasco es, a sus 34 años, uno de los exponentes de la nueva generación que aspira a recuperar Améscoa. Dejó un trabajo en Pamplona que le había llevado a desplazarse a la capital navarra y optó por volver al valle con un negocio propio, una quesería. También se ha implicado en la gestión municipal con la que hoy está al frente del Ayuntamiento de Améscoa Baja, que agrupa a cinco localidades con unos 815 habitantes.
Tuvo una etapa anterior de preparación, ya que en la legislatura 2003-2007 fue concejal de ese mismo ayuntamiento y también miembro del concejo de Zudaire.
Da la impresión de que llegar a la alcaldía estuvo muy meditado.
No tanto. Es algo que surgió al final de la anterior legislatura, cuando se vio que sólo dos concejales, Gonzalo Morán y yo teníamos intención de seguir. No me lo había planteado antes, pero las circunstancias surgieron así. También es cierto que me hacía ilusión trabajar para el valle.
¿Le lleva mucho tiempo?
Varía bastante según haya reuniones o no, pero podemos decir que un par de horas diarias. Siempre hay cosas que firmar, generalmente licencias de obra, y mucho trámite de las trabajos de pavimentación y redes en Ecala, San Martín, Baríndano y Zudaire, así como del abastecimiento en Ecala y San Martín. Estos proyectos son junto con la reforma de la casa consistorial el principal objetivo de la legislatura.
Así que todo el dinero se va a obras...
Así es, pero para nosotros el urbanismo es importante. Por ejemplo, todas las instituciones municipales y concejiles están trabajando junto con la ORVE para que todas las edificaciones tengan un estilo homogéneo, en sintonía con la arquitectura tradicional. Queremos que el valle tenga una misma imagen.
¿Con qué fin?
Es una forma más de atraer al turismo, que es quizá la fuente de desarrollo económico más clara a la que podemos aspirar. Sabemos que gran industria no va a venir por las dificultades que imponen las comunicaciones. Estamos sólo a 15 kilómetros de Estella, pero la carretera es mala. Desafortunadamente hay pocos emprendedores en el valle. La gente prefiere un sueldo seguro a media hora de casa que montar un negocio.
¿Y qué aspectos del turismo se van a potenciar?
Es esencial que aprovechemos el atractivo del Nacedero, que la gente no venga, se coma el bocadillo y se vaya, sino que utilice otros servicios. Tenemos cuatro casas rurales, dos en Baquedano y dos en Gollano, además de otros dos proyectos en Urra, tres restaurantes en Baríndano, Baquedano y Zudaire, donde también hay hotel. También está muy próxima la apertura del cámping de Artaza. Sin embargo, hay margen para que se abran más establecimientos y para la creación de líneas nuevas como visitas guiadas o rutas turísticas. También el centro de valorización de Zudaire era un punto clave de esta estrategia.
Sin embargo el Gobierno les acaba de comunicar esta semana que no va a adquirir el colegio público para hacerlo.
Así es. Mientras el panorama económico no se aclare y parece que no lo hará en un tiempo, no se va a abordar esa inversión. Sin embargo, yo creo que a largo plazo ese proyecto debe hacerse realidad si no es en tres años, en diez. Es esencial también para mantener el centro educativo.
¿Se palpa el futuro en Améscoa?
Ha habido un cambio muy importante en la última década. Ahora hay un número importante de familias jóvenes que se quedan a vivir en el valle. Antes en cuanto se salía a trabajar se dejaba también el pueblo. Ahora ya no es así. Muchos optan por la calidad de vida.
¿Qué habría que hacer para que suba la población?
Es esencial que se facilite terreno para que se construyan casas para primera residencia. El pasado verano en Zudaire se adjudicaron 5 parcelas y en otros concejos ya se había hecho antes.
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