"Hay que colaborar", dice convencida Alicia Olarte García, estudiante de 5º de Medicina. "Si no es porque hay personas que quieren probar los medicamentos no se avanzaría, aunque es verdad que si no te compensan igual no te lanzarías". Ésos son los dos motivos que llevaron a varios jóvenes a convertirse en voluntarios para el ensayo de un antiinflamatorio en octubre: colaborar con la investigación médica y el dinero recibido por ello, 550 euros por permanecer la noche del domingo al lunes y éste último día completo en la clínica en dos ocasiones.
Javier Martínez de Aguirre Miral, de 20 años y estudiante de 3º de Derecho en la UPNA, Pablo Vega Hernández, estudiante de 2º de Medicina, Elisa Lemus García, quien cursa 3º de Derecho en la UN, y María Romero Prada, que termina este año Periodismo, se enteraron por sus amigos de la existencia de los ensayos médicos y, tras informarse, decidieron participar. Ninguno se ha arrepentido. "Fue más la molestia de estar allá que el riesgo", señala Javier Martínez de Aguirre. "Está muy controlado y, aunque creía que me iba a molestar más, luego me olvidé de la aguja", dice María Romero. Los voluntarios organizaron su tiempo como quisieron: jugaron al trivial, vieron películas, series de televisión, e intercambiaron libros. "No perdí el tiempo, incluso aproveché para estudiar", apunta Elisa Lemus.
Aseguran que entre ellos hay muy buena sintonía y, realmente, es un hecho que no se puede negar: ya han organizado varias cenas y preparan la próxima. Al comentar la idea en casa o entre amigos, las opiniones que han escuchado van de un extremo a otro, "desde dónde se tienen que apuntar, por qué no les has dicho nada de los 500 euros, o que estás loca", asegura Romero. "Mis padres se preocuparon un poco, pero luego les expliqué y bien", indica Pablo Vega. "También hay gente que se echa un poco para atrás cuando se lo comentas, al fin y al cabo hay un pequeño riesgo", añade.
© DIARIO DE NAVARRA. Queda prohibida toda reproducción sin permiso escrito de la empresa a los efectos del artículo 32.1, párrafo segundo, de la Ley de Propiedad Intelectual