Medio centenar de familiares acudieron al tributo que rindió la Cámara vasca junto al monumento a las víctimas
Jaione, hija pequeña del empresario asesinado por ETA, Ignacio Uría, y el gerente de la empresa Altuna y Uría, Fernando Lucas, colocaron una corona de flores debajo de una gran foto de la última víctima de ETA en el homenaje que le tributó ayer el Parlamento Vasco.
Cerca de medio centenar de familiares de Ignacio Uría acudieron al tributo que rindió la Cámara de Vitoria al empresario asesinado el jueves en Azpeitia. Entre los allegados presentes, cuatro de sus ocho hermanos, Imanol, Olatz, Arantza y Begoña, y dos de sus cinco hijos, Jaione e Iñigo. Fuentes familiares explicaron que la viuda, Manoli, y el resto de hermanos e hijos, se quedaron en la capilla ardiente, que aún permanecía abierta.
La presidenta de la Cámara, Izaskun Bilbao, envió un abrazo a la familia y agradeció el "esfuerzo" realizado para acudir al acto, "el mejor homenaje que podríamos rendir a Ignacio".
La hija pequeña de Ignacio Uría, Jaione, y el gerente de la empresa, Fernando Lucas, colocaron una corona de flores bajo la foto del empresario asesinado, colocada en la escultura instalada fuera del Parlamento en recuerdo de las víctimas del terrorismo.
La presidenta leyó una declaración de condena del atentado, en la que la Cámara vasca muestra su solidaridad con la familia y los trabajadores de la empresa, apoya la construcción del TAV y exige a ETA que abandone definitivamente la violencia.
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