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DÍA DE NAVARRA

Unidos por la concertación

Sindicalistas, empresarios y resto de invitados vivieron con orgullo el reconocimiento a estos trece años de concertación sindical, entre discursos y un conato de boicot, que no melló su ánimo, algo que sí hizo después el asesinato de ETA

Actualizada Jueves, 4 de diciembre de 2008 - 04:00 h.
  • M. J. E /P.M./C.R. . PAMPLONA

LA medalla a la concertación que ayer recibían conjuntamente la patronal navarra y los sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, les "pica" bastante a ELA, LAB, CGT y STEE-EILAS. Tanto, que ayer, en pleno día de puente, cerca de 200 simpatizantes suyos, en una Navarrería empapelada de carteles contra la medalla, se concentraron para recibir a los invitados a la entrega con pitos y consignas.

Sus eslóganes disparaban directamente contra los dirigentes de UGT y CC OO en Navarra, Juan Goyen y José Mª Molinero, y contra de los despidos que pueblan estos días de consultas de trabajadores en las sedes sindicales. Especialmente, las de los sindicatos galardonados que superan los 36.000 carnés en Navarra.

De hecho, en la sede de UGT, el día no empezó con galas, ni festejos, sino con los rostros preocupados de sus afiliados de Bosch, cuya empresa podría cerrar a final de 2009, en una asamblea "repleta" a las 9 de la mañana. Entre ellos, el propio Juan Goyen, secretario general de la UGT, trabajador de la firma en excedencia, que reconocía, sin ambajes y pensando en los compañeros, junto a Melchor Calleja(presidente de UGT y jubilado de Bosch) que el de ayer "era un mal día" aunque "no nos amarga la medalla". "Ahora parece que tiene más sentido que nunca el papel sindical que hacemos" apuntaba Lorenzo Ríos, secretario de MCA-UGT, la federaciones donde se ceban estos días los ERE de automoción y construcción.

Precisamente, el del ladrillo se ha vuelto un sector "muy complicado", en el que curiosamente coinciden ahora los dos artífices sindicales de aquel primer acuerdo de concertación en 1995, el ugetista Miguel Angel Ancízar, hoy en la promotora Plazaola, y su homólogo en la secretaria general de CC OO, Jesús Garatea, que trabaja para la empresa familiar Efeca-2. "Se me está poniendo cara de ERE", bromeaba el primero. Y es que ellos sí que saben los que es una crisis. Ancízar menta "la del 93 y la del 75", y pone la receta para salir: "esfuerzo, valentía e imaginación". Garatea, por su parte, hace gala de una memoria prodigiosa: "En el 88, me tocó una gorda. Y con huelga general. Entonces, en Navarra se contabilizaban 40.000 parados y la población activa estaría por 200.000", indica. Así que ¿con la medalla? No sólo felices. Sino "reafirmados" en la importancia que cobra, en estos días, la concertación que inauguraron.

400 euros para bromear

La mayoría de invitados institucionales accedieron al edificio del departamento de Cultura y Turismo, en cuyo patio isabelino se celebraba la entrega de medallas, por la cuesta trasera del Paseo del Redín, y en coche. Así que de la protesta, ni se enteraron. Responsables militares, rectores de universidades, consejeros del Gobierno, parlamentarios y representantes de grupos políticos, entre los que no se vio a ningún cargo de Na Bai, copaban las más de 200 sillas del aforo. Al secretario general del PSN, Roberto Jiménez, se le pegaron las sábanas. Llegó tarde, y con cara de sueño. "Pensaba que era a las doce y media", se disculpó. Aguardó en el pasillo, hasta incorporarse a su sitio de forma discreta en un lapso musical. "No me gusta llamar la atención", explicó.

Discretamente, al fondo del atrio, dos miembros de LAB, Oscar Cayóny Jose Ignacio Echamendi, sí ocupaban esta vez un asiento del que nunca hace uso el sindicato, como tampoco ELA, invitados siempre al acto del Día de Navarra junto con UGT y CC OO. Cuando el presidente de la CEN, José Manuel Ayesa, recogía la medalla de manos de Miguel Sanz, se levantaron, y entre gritos apagados por los aplausos, tiraron fotocopias de un billete de "400 euros" alusivos a la famosa "cena y poco más" de Sanz. Fueron inmediatamente reducidos por cuatro agentes de paisano, mientras el resto del aforo arreciaba en sus aplausos para con Ayesa.

No pasó de una mera anécdota. Después, algunos invitados recogían los "billetes" de recuerdo. Entre ellos, el propio Ayesa que le tendió uno a su secretario general, Javier Martinena. "Toma, para que te vayas a cenar con los 400 euros", bromeó. "Casi mejor, prefiero cuatro de cien", replicó éste, ante Alberto Pascual, secretario general de Caja Navarra, no muy convencido de que fuera moneda de curso legal: "con eso, igual puedes pagar un pote en Navarrería", apuntaba.

A los empresarios se les veía orgullosos con su medalla. Al menos, hasta que se coló en el ánimo de los presentes el rumor del atentado, que apuntaba directamente contra uno de los suyos. Posaron juntos vocales y ex miembros del comité ejecutivo. Además, les arropó el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, "encantado" de apoyar así a la CEN en "su labor permanente de diálogo social, que no es fácil" con UGT y CC OO. Le acompañaban los secretarios generales de CEOE, José Mª Lacasay Cepyme, Elías Aparicio. La gran ausencia, Javier Díaz Abascal, que acaba de dejar la vicepresidencia de la CEN por motivos laborales.

Las huestes de UGT sumaban la ejecutiva, buena parte de los responsables comarcales y de sus federaciones, así como a José Javier Cubillo, el secretario de Organización confederal. Además de Ancízar, acudió otro histórico del sindicato, un emocionado Patxi Izura, ex secretario de Organización. Basilio Montero, como siempre, se encargó de recoger a la familia sindical en su sociedad de la Rochapea para comer "a escote". La CEN hizo lo propio con una comida encargada en su sede. Y CC OO, en otra sociedad.

En Comisiones, hicieron cierre de filas casi todos los responsables de federaciones, la ejecutiva y otras entidades del sindicato. Fueron, de lejos, los menos encorbatados. Además, sin traje acudieron José Ramón Ibáñez, Jesús Ceras, José Ramón Fernández, Rubén Belzunegui, o Raúl Villar,de Volkswagen, muy perjudicado por el aire acondicionado de la asamblea de la víspera en el Tres Reyes. Molinero sí llevo. "La única" que se pone. De rojo foral, por eso del Día de Navarra. De todas formas, el ugetista Fermín Casas quitaba hierro a tanto traje, con eso de que "el hábito no hace al monje" y además el ojal de la solapa le venía al pelo para lucir orgulloso su pin de plata de los 25 años en UGT.


Comentarios
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  • Porque Cabrero no fue si él y su ejecutiva firmaron tres de los cuatro marcos por los que se dan la medalla??Pregunton

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