Blanca Jamat, marianista de Huarte-Pamplona, partirá hacia Buenos Aires en enero. Ayer realizó la primera escala de su viaje al recibir el crucifijo en Javier de manos del Arzobispo. Ésta será su primera experiencia como misionera en el exterior
Blanca Jamat conoce las misiones, aunque ésta es la primera vez que viaja a otro país para evangelizar. Durante los últimos cinco años ha impartido clases a inmigrantes de 12 naciones en una pequeña escuela del Raval de Barcelona, una experiencia muy intensa: "Se me ha hecho grande el corazón al tener alumnas hablando 12 lenguas, pero aprendiendo que la que todos entendemos es la del amor"..
Blanca Jamat conoce las misiones, aunque ésta es la primera vez que viaja a otro país para evangelizar. Durante los últimos cinco años ha impartido clases a inmigrantes de 12 naciones en una pequeña escuela del Raval de Barcelona, una experiencia muy intensa: "Se me ha hecho grande el corazón al tener alumnas hablando 12 lenguas, pero aprendiendo que la que todos entendemos es la del amor".
¿Qué significa para usted tomar la cruz?
Es sintonizar con los sentimientos de Javier. Como buena navarra, me siento muy contenta de poder seguir las huellas de San Francisco Javier, un hombre que fue conquistado por Cristo y dio la vida por él.
¿Cómo se enfrenta a su nuevo proyecto?
Con mucha ilusión, me parece un don de Dios poder hacer esto. Estoy encantada de partir como misionera a Argentina y, como nos ha dicho el padre jesuita, voy hacia los pobres más pobres de ese país.
¿Por qué eligió Argentina?
Ese barrio periférico de Buenos Aires me llamó la atención por lo necesitados que están de educadores, evangelizadores y personas que ayuden a la mujer a promocionarse.
¿Ha estado en otras misiones?
No, pero he enviado a muchas misioneras de nuestra congregación a diferentes lugares. Las he visitado en 14 países, entre ellos Corea, Japón y Togo, y he visto que hay mucha necesidad de anunciar a Jesucristo.
¿Cuál será el eje central de su labor en Argentina?
La educación. Creemos que es el mejor medio para ayudar a la persona, pero el trabajo también será escuchar a la gente, darles una sonrisa y ayudarles en lo que sea.
En la toma de crucifijos, ¿ha conocido a otros misioneros y sus experiencias?
A muchos. Enriquece el contacto con misioneros y las personas a las que encuentras en la misión. Te dan mucho.
¿Las misiones "enganchan"?
Sí. Conozco hermanas nuestras que se han querido quedar allí. Yo las admiro y estoy dispuesta a lo que sea, primero a ir y luego ya veremos.
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