ETA asesinó a cinco personas por la central nuclear y a cuatro en relación con las obras de la autovía
La central nuclear de Lemóniz, que fue abandonada, y la autovía de Leizarán, que se inauguró tras haber cambiado de trazado, son los dos precedentes de gran obra en los que ETA puso su punto de mira, antes de colocar ahora como objetivo las obras del tren de alta velocidad, con el asesinato de Ignacio Uría.
La central de Lemóniz, en la costa vizcaína, no llegó nunca a funcionar. Fue impulsada por Iberduero, la actual Iberdrola, pero se abandonaron las obras con la central casi construida, después de que ETA hubiera asesinado a cinco personas.
Los terroristas mataron a dos ingenieros, José María Ryan y Ángel Pascual, y a otros tres trabajadores vinculados a las obras, Andrés Guerra, Alberto Negro y Ángel Baños. Los edificios de cemento de la central siguen levantados en la costa vizcaína, sin uso veinticinco años después.
La autovía
Una década después de Lemóniz, a principios de los noventa, ETA puso en su punto de mira la autovía de Leizarán, que conecta Guipúzcoa y Navarra. La obra comenzó en Navarra en agosto del 89 y en Guipúzcoa en mayo del 91.
Desde el inicio de aquellas obras ETA asesinó a cuatro personas: dos empresarios y dos policías. Finalmente, las instituciones negociaron unas modificaciones en el trazado con la Coordinadora Lurraldea, cuyos dirigentes pasaron después a Elkarri.
Con estos cambios se terminó el conflicto y la autovía fue inaugurada en 1995.
© DIARIO DE NAVARRA. Queda prohibida toda reproducción sin permiso escrito de la empresa a los efectos del artículo 32.1, párrafo segundo, de la Ley de Propiedad Intelectual