Sueños Rotos, No way Out, Hombre G y Amaral actuaron ayer en el Festival Joven del Día de Navarra
Se encienden los focos del escenario. Las personas que están abajo comienzan a gritar. Se escuchan los primeros acordes de la batería de Álvaro Casla. Uno a uno los miembros de Sueños Rotos van apareciendo. Son las siete y media de la tarde. Clavadas. Imposible más puntualidad.
A esa hora todavía eran pocas las personas que habían llegado al Anaitasuna. Pocas pero entregadas. No dejaron de corear ninguna de las ocho canciones que interpretaron los navarros. Mateo Laiz y Jos Saldarriaga se fueron turnando al micrófono. Duérmete, Nuestra historia, Ven Conmigo... fueron recordando los temas de sus maquetas. Quisieron dedicar Coge mi mano, a Hombres G, "cuatro personas magníficas, cuatro pedazo de músicos", dijeron mientras Sergio Chocarro tocaba su guitarra subido encima de uno de los altavoces. A las ocho de la tarde, siguiendo con la puntualidad, dieron paso al siguiente grupo de la noche. Acababan de cumplir uno de sus sueños.
Cuando No way out subió al escenario, el Anaitasuna se había comenzado a llenar poco a poco. Más gente, pero parada. Apenas corearon los temas de los catalanes. Sólo cuando cantaron su conocido tema Lo mismo el público comenzó a brincar. Se despidieron con la conocida We will rock you, de Queen y dejaron al público animado para la siguiente actuación. Uno de los platos fuertes de la noche.
Hombres G hizo su aparición a las nueve y veinte de la noche con su conocido Hoy me he levantado. Dicho y hecho, todo el mundo comenzó a saltar, literalmente, de la grada al foso. Cantaron sus canciones de siempre, Chica cocodrilo, Indiana, visite nuestro bar... y también varias de Diez, su último disco. Javi Molina, el batería, se convirtió en un auténtico capo de la mafia italiana para cantar el inicio de Venecia. Pidió una botella de tequila y después de pegarle un buen trago recitó el comienzo de la canción con su particular voz cazallera. Llenaron la parte central de baladas y dejaron su música más movida para el final. Terminaron con el coreado sufre mamón.
Eva Amaral y Juan Aguirre fueron los últimos en saltar al escenario y su actuación la más esperada de la noche. Tras descubrirse el telón rojo que lo cubría todo aparecieron los maños. Ella, enfundada en un vestido corto y con una careta de gata negra, haciendo honor al título del nuevo disco, Gato negro, Dragón rojo, del que más canciones tocaron anoche en el Anaitasuna. Pero también sonaron sus temas más clásicos como Toda la noche en la calle o Moriría por vos. Eva no dejó de saltar y jalonar al público para que la acompañaran desde abajo. No hizo falta, fue la actuación más aplaudida de la noche.
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