El ayuntamiento, los auroros y la banda de música participaron en el homenaje que se le rindió
No es necesario nada especial para llegar a cumplir 100 años. Eso es lo que dice Andrés Pérez Moracho, que el pasado domingo celebró su centenario en compañía de su familia, amigos y vecinos de Cadreita. Asegura que el único secreto de su larga longevidad es "tomar pocas medicinas y beber buen vino de la tierra".
Y su buena salud quedó patente en los actos del homenaje que se le rindieron. Los auroros fueron los primeros en saludar a Andrés Pérez. El grupo se desplazó a su domicilio en la calle Bardenas Reales donde le dedicó una serie de canciones mañaneras.
A las 11.30 horas, en silla de ruedas y acompañado por su familia directa, se dirigió a la parroquia de San Miguel. Allí fue recibido por el alcalde Alfonso Montori Prat, varios concejales, el párroco Carmelo Galdeano y cerca de 200 vecinos que le quisieron acompañar en la misa y posteriormente en el homenaje que tuvo lugar en el ayuntamiento. Además, la banda municipal de música entonó la canción Cumpleaños feliz.
Cantó una jota
Andrés Pérez se mostró muy satisfecho por el cariño y los regalos recibidos y durante la misa dialogó con el párroco e incluso se atrevió a cantar una jota.
Pérez nació en Cadreita el 30 de noviembre de 1908. Hijo de Andrés Pérez, de Caparroso, y Micaela Moracho, de Cadreita, contrajo matrimonio con Mercedes García el 11 de diciembre de 1935. Quedó viudo hace unos años y tiene cuatro hijos: dos hijas gemelas de 69 años, Nuria e Isabel; Ángel, de 61 años; y Merche, de 54.
Trabajó de jornalero en su pueblo natal y ahora disfruta de la compañía de sus 7 nietos y 6 biznietos. Físicamente se encuentra muy bien, aunque dice que le falla la vista, pero escucha y mantiene una conversación fluída.
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