El desplome de la bóveda y el riesgo a mayores desperfectos motivaron el traslado de los oficios a los locales parroquiales
La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Areso recuperó en noviembre los oficios religiosos tras cuatro meses de suspensión por el deterioro de su estructura, que causó el derribo de la bóveda y acentuó el riesgo de desplome del resto de la cubierta. El Arzobispo, Francisco González, presidió el pasado domingo la inauguración de la reforma emprendida con una inversión aproximada de 300.000 euros.
La ceremonia de apertura oficial al culto se enmarcó en la celebración de imposición del sacramento de la confirmación a seis jóvenes de la localidad.
Durante los cuatro meses de cierre, los oficios se trasladaron a los locales parroquiales. En el caso concreto de un funeral en el mes de septiembre, la masiva afluencia obligó a trasladar la celebración a la plaza, como recordaba ayer, a modo anecdótico, el párroco, Ander Guellegui Etxebarria.
Una placa a la entrada del templo, del siglo XV, da fe de la asistencia del prelado a la inauguración del domingo, que culmina un proceso de rehabilitación del tejado y renovación de la instalación de luz y sonido. Otra de las actuaciones ha consistido en la recuperación del retablo central, del siglo XIX. "El anterior retablo fue quemado durante la entrada de las tropas francesas, en torno a 1808 y 1810. Su sustituto data de esa época. Con la mejora llevada a cabo ahora se ha recuperado su policromía original", como precisa Ander Guellegui.
Campaña de donativos
El sacerdote valora el esfuerzo realizado por los feligreses para reunir la inversión necesaria con una campaña de donativos, que permanece abierta. Una segunda fuente de recaudación es el programa "Tú eliges, tú decides", de la CAN.
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