Ayer se celebró el Día Mundial contra el Sida. Las prácticas heterosexuales de riesgo, sin protección, suponen el 56% de los nuevos diagnósticos y por eso Salud Pública advierte de un posible repunte de contagios, sobre todo en jóvenes.
HA cambiado el planteamiento. Hace unos años se luchaba por sobrevivir al sida, ahora por aprender a vivir con la enfermedad. Estas palabras pronunciadas por la farmacéutica Teresa Sarobe, del Hospital de Navarra, resumen la evolución de esta enfermedad en los últimos veinte años.
Ayer, en el Día Mundial contra el Sida, autoridades sanitarias, representantes de asociaciones y especialistas médicos unieron sus voces en un acto conmemorativo para reclamar la "normalización" del sida como "una enfermedad infecciosa más", apuntó Julio Sola, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Navarra. Durante el acto, presidido por la consejera de Salud, María Kutz y la presidenta del Parlamento, Elena Torres, el artista Carmelo Astráin pintó un lienzo para reflejar la "angustia y la soledad" de los enfermos. El Parlamento foral se sumó a los actos con una declaración en la que abogó por "erradicar" el estigma social que suponer tener sida.
Enfermedad crónica
Julio Sola recordó que en los años 80 el sida fue la primera causa de fallecimiento en los varones de entre 20 y 30 años y que, además, vivían una dramática situación de aislamiento y rechazo social. Con los nuevos medicamentos que llegaron en 1994 y la triple terapia en 1996 el sida pasó a ser una enfermedad crónica, explicó Teresa Sarobe. Según apuntó, desde que se creó la Unidad de Atención Farmacéutica para pacientes VIH la adherencia al tratamiento, el grado de cumplimiento, ha pasado del 50% al 90% de los pacientes.
Los nuevos fármacos (actualmente hay más de 20 que se aplican en distintas combinaciones) consiguieron disminuir la mortalidad en un 90%, añadió Julio Sola. Por contra, los especialistas se enfrentan a un nuevo reto: la toxicidad o los efectos secundarios. Las atrofias grasas, que producen desfiguramiento sobre todo en la cara, y las distrofias (acúmulo de grasas) suponen un estigma para los pacientes, señaló Antonio Bazán, jefe de Cirugía Plástica de Virgen del Camino. En estos campos, añadió, la cirugía reconstructiva "tiene mucho que decir aunque hay que individualizar cada caso".
Joseba Huarte, de Sare, reivindicó el apoyo de las instituciones. "La actitud de todos marca las diferencias", aseguró. El aumento de la esperanza de vida, dijo, requiere nuevas atenciones sanitarias: cirugía reparadora, tratamientos reproductivos, acceso de los trasplantes hepáticos, etc.
Isabel Martín, directora de Salud, recordó que el peor rostro del sida se vive en África. "Es un gran asunto de conciencia", dijo. Tanto es así que cada minuto fallece en el mundo un niño infectado, apuntó la pediatra Mercedes Herranz. "En los países en vías de desarrollo las tasas de transmisión del VIH de madres a sus hijos recién nacidos son del 30%". Por contra, en nuestro medio el tratamiento de la mujer durante el embarazo y el parto disminuye la transmisión a menos del 1%.
A pesar de los hitos y avances la realidad es que "queda mucho por hacer", coincidieron. "Estamos inmersos en una nueva etapa de consolidación", concluyó Sola.
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