Aimar Olaizola está a 22 tantos de igualar una de las fronteras de la mano, las 4 txapelas de Retegui II en la jaula
Para Aimar Olaizola las finales son territorio conocido. Su dinámica, su preparación, el ambiente, el ruido... La del próximo día 8 será la duodécima de su carrera profesional, la cuarta dentro del Cuatro y Medio. Si la gana igualará al más grande de todos los tiempos.
La del lunes es su final número 12, ¿se acostumbra a jugarlas?
Para cualquier pelotari una final es lo máximo, lo más bonito, pero nunca te acostumbras a jugarlas. Todas las finales tienen un sabor diferente.
¿Y qué sabor tiene esta?
Muy bonito porque es el Cuatro y Medio, porque la jugamos dos pelotaris que dimos mucho espectáculo en nuestro último partido... lo tiene todo para ser una final importante.
Usted puede igualar el rércord de txapelas de Julián Retegui.
Pues sí, y es algo bonito porque Julián es uno de los pelotaris con mejor palmarés de toda la historia, pero tampoco soy de los que le hacen mucho caso a esas cosas.
¿Pasa de estadísticas y récords?
No, claro que me gustan pero no voy ciego a por los récords, no vivo pendiente de eso.
¿Un campeonato se muere en cuanto se llega a 22 y a uno le ponen la txapela?
En parte sí, pero en cuanto pasan unos días disfrutas de lo que has conseguido, la gente te para por la calle... para el pelotari la txapela te hace sentirte bien.
¿Tiene alguna que recuerde o guarde con más cariño?
Para un pelotari la txapela lo es todo, todas te emocionan y todas te gustan, aunque sean en la misma distancia, aunque repitas... todas tienen algo de especial.
¿Si gana la de este año será también especial por las circunstancias de cómo la ha ganado? Usted no se ha cansado de repetir que la víspera de su primer partidos estaba para no jugar.
Yo no miro a lo que ha pasado, para mí es un premio muy grande estar en la final, y ya que he llegado quiero ganarla. No puedo ser conformista a estas alturas, tengo que ir a ganar.
¿Pero realmente fue tan difícil decidirse a jugar?
Sí, claro. La víspera del primer partido por la mañana le dije a Salva Vergara que no jugaba. Entre él y mi masajista me convencieron para arriesgar y defender mis intereses deportivos.
¿Le han molestado cosas que se han dicho de usted en el torneo?
No leo ni oigo mucho de lo que escriben o dicen de mi, pero me molestó y me parece de vergüenza que si el día de la elección los dos pelotaris están conformes con el material, se juega el partido y no hay ninguna queja de las pelotas...luego haya informaciones que hablan del material, me parecen vergonzosas.
¿Y cuando se ha dudado de si tenía realmente lesionado el brazo derecho o no?
Lo dije en su día y lo digo hoy también. Quien me criticó después de esos partidos no sabe mucho de pelota. Si han visto el primer partido y ven el último la diferencia es clara con la derecha. Hay mucha gente que habla y escribe cosas sin haberlas visto, pero no le doy importancia. Quien me conoce y entiende de pelota sabe lo que hay... que haya comentarios sobre mi es normal y es algo con lo que he aprendido a vivir. Le doy la importancia que tiene, y ya está.
Tres txapelas del Cuatro y Medio, dos del Manomanista, una del Parejas, 29 años... ¿se siente ya mayor?
Mayor no, pero maduro sí. Voy a hacer 11 años en profesionales y cuando debuté no pensaba ni mucho menos que iba a tener un palmarés así. Yo estoy contento con lo que he conseguido.
Para mucha gente usted es el pelotari más listo que hay en el cuadro, ¿es verdad, se lo cree?
Es bonito que te lo digan. Lo difícil no es leer el partido, sino jugar. Y hay que saber jugar bien en el día y en el momento, y nosotros también somos personas y podemos fallar.
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