El pamplonés, que se define como un albañil anarquista, ha presentado sus memorias
Lucio Urtubia se define como un albañil anarquista además de un hombre rebelde, humilde y que considera que robar a un banco es además de "positivo", "un acto revolucionario", tanto como su vida, un conjunto de recuerdos que ha recopilado en un libro autobiográfico: "La revolución por el tejado".
Le ha llevado un año recoger los recuerdos de setenta y siete "muy intensos" y escribirlos en un manuscrito que entregó a la editorial Txalaparta, encargada de publicar las memorias de este navarro que hoy han sido presentadas en rueda de prensa en Pamplona.
Urtubia nació en Cascante en 1931, hizo "la mili" en Logroño y pronto descubrió su faceta para traficar con víveres, fue descubierto y huyó a París en 1954, donde "por un trozo de pan" compró cuatro pisos y un local en el barrio de La Comuna de la capital francesa.
Ahora continúa viviendo en París en el local que compró y que mantiene abierto al público, donde hace su vida a la vez que la gente acude a realizar actividades culturales.
Para Urtubia ser "libre" es "desobedecer sin complejos a un poder arbitrario, conquistar la independencia por medio de un oficio, mantener la solidaridad con los desheredados o compartir las riquezas que la vida pone en nuestras manos".
Así explica que en "tiempos difíciles" falsificó documentos y moneda, atracó bancos, imprimió y distribuyó propaganda obrera y anarquista y "puso de rodillas al First National City Bank al plagar el mercado internacional de cheques de viajes falsificados", según han indicado desde Txalaparta.
Por ello, robar a un banco "me parece positivo y un acto revolucionario, siempre que no te lo apropies para ti mismo", pues Urtubia reconoce que lo mayor suerte que ha tenido en su vida "ha sido la de ser pobre" y así, en el prólogo, Francisco Rodríguez de Lecea define la vida del autor como "una guerra desigual conducida por un auténtico heredero de Robin Hood".
Lucio Urtubia transitó por "los mil domicilios y escondites parisinos", para "expropiar a los poderes económicos y repartir el botín entre los necesitados" y así lograr "vivir mi ideal y que mi ideal me haya hecho vivir" y que además de en el libro ha quedado reflejado en un documental.
En sus memorias, Lucio Urtubia explica también cómo ha conseguido la conquista "nada fácil" de su libertad interior de sus "muchas vidas" llenas de aventuras y de "una gran cantidad de trabajos y esfuerzos físicos y mentales que me han permitido dar todo el profundo valor para vivir".
Locuras, milagros, utopías, "todo ello inexplicable, pero muy cierto y muy real" son las que le han llevado a analizar su comportamiento a lo largo de su vida en un libro de 300 páginas, del que espera que "si algo sacamos sea para los presos".
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